Ancianos bailan y oyen música en su día

Ancianos bailan y oyen música en su día

Perdieron la libertad. Son discriminados por sus familiares. En el hogar ya no ejercen la autoridad que hace a los hombres creerse fuertes. En menor cantidad que ellos, varias mujeres salen absortas de sus casas y todos buscan lo mismo: un poco de cariño, atención y un plato de alimento caliente.

Olvidados, por un momento, de que no se quieren ver al espejo y de que les molesta que los miren con pena, un grupo de envejecientes dio riendas sueltas a las emociones que les permite su avanzada edad.

Bailaron, comieron y aplaudieron en la fiesta que les organizó el Hogar de Día para Ancianos Padre Billini, en el Parque Juan Pablo II de la avenida Venezuela. La fiesta fue por el  Día del Envejeciente, que se conmemora el 1 de octubre. Rodearon el salón del área recreativa, sentados como niños que esperan partir la piñata. Los más vivarachos, entre los 70 y 80 años de edad, se mostraban ansiosos a las atenciones del personal del Hogar. Al mediodía no recordaban diabetes, las úlceras varicosas y pépticas, la hipertensión y la depresión.

Las emociones de los esquizofrénicos se confundieron con la música que salía de dos bocinas que no pararon de tocar merengue popular. Teodora (Josefina) Núñez, de 80 años de edad, y Manuel Emilio Pérez Peguero, de 88 años, exprimieron su talento y dieron clase de buen gusto y de alegría cuando de buen bailar se trata.

A pesar de su edad, salieron de un mosaico, impulsados por un merengue de los Hermanos Rosario, y a paso lento terminaron la pieza.

Tres trazos breves.  Luis Castillo tuvo que resignarse a vivir en tinieblas. Hace diez años, cuando tenía 51 y disfrutaba del rango de mayor, un accidente de tránsito le arrebató la visión.

Lloró  por mucho tiempo. Encontró consuelo en el Hogar y ayer mostró el lado bueno que le ve a la vida.

Hogar de Día para Ancianos

Al fondo de la glorieta los observaba el doctor José de la Cruz, director del Hogar de Paso, al que de tránsito, diariamente acuden más de 50 adultos mayores en procura de comida.

 El arduo trabajo en el Hogar, que acciona con ayuda de la secretaría de Salud Pública, empieza a las 8:00 de la mañana, cuando los primeros ancianos comienzan a tocar la puerta y entran como si estuvieran en su casa. Allí acude el que quiere atención médica y aprender alguna tarea liviana en la postrimería de la vida. Todo esto con un fin, entretener la mente cuando se agotan las fuerzas físicas.

De la cruz, especialista en geriatría, está al tanto de sus invitados de alto riesgo, a quienes les ofrece charlas sobre su cuidado. La dirección del Hogar se difundió en los barrios con la ayuda del periodista Wilson Guerrero, quien reconoce que lo que primero se le debe hacer saber el envejeciente es que no han llegado al final de su vida.

Cree que estos hombres y mujeres, que le dieron todo a la patria, unas veces con las armas en las manos y otras veces en labores más domésticas, tienen que aprender que la ancianidad es una etapa que hay que vivirla hasta el final.  De la Cruz y Guerrero indican que el  Hogar de Días para Ancianos Padre Billini precisa de colaboración empresarial. La vía de contacto es el 809-595-2792.

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