En el centro geriátrico Margarita Herrera, de Jarabacoa, 66 personas de edad avanzada viven rodeadas de las atenciones de cuatro monjas y 27 empleados. Los mantienen con higiene, alimentados y con el nivel de salud que es posible en la ancianidad. Casi todos carecen de contactos con sus familiares. El olvido de las familias a los ancianos que allí se ve es impresionante, dijo una monja.página 7a