EFE-REPORTAJES. Andrée Putman es un nombre muy conocido en el diseño, tanto en Europa como en Estados Unidos y, sin embargo, las creaciones de esta mujer audaz y pionera, fundadora a los 53 años de la agencia que hoy lleva su nombre, son en cierta forma un misterio.

Todo el mundo conoce la figura, el personaje, el carisma, de Andrée Putman “pero la gente no identifica muy bien su trabajo con todo eso”, explicó a Efe su hija Olivia Putman, comisaria de la exposición organizada en la Alcaldía de París. Para quienes creen conocer a Andrée Putman (París, 1925), durante años mucho más famosa en Nueva York que en la ciudad que la vio nacer y donde desarrolló gran parte de su vida, les espera la sorpresa de descubrir que “no corresponde a la imagen que da” de mujer fría, explicó su hija; al contrario, es una persona “de extrema sensibilidad, muy emotiva, simpática y cálida, alguien muy abierto de espíritu”, destacó.

Rodeada de gente de la que debía rodearse. Es momento de descubrir o redescubrir su famoso cuadriculado blanco y negro del hotel Morgans, su visión del interior del avión supersónico Concorde o su decoración del despacho del ministro de cultura socialista francés Jack Lang, en la década de los 80 del siglo XX.

Obras de una artista de la generación de precursores que trastocaron la distribución espacial y gustaban, por ejemplo, colocar la bañera en el salón, o concebir estructuras espaciales sin tabiques, con fronteras móviles y/o transparentes.

Andrée Putmann, explicó su hija, fue alguien que quiso “escapar a su destino, irse, abrir los ojos, crear su propio entorno, tirar los muebles de familia y encontrar una nueva manera de vivir”, para lo que se apoyó en las nuevas tecnologías y en los nuevos materiales de su época.

Fue alguien, además, que “supo rodearse de la gente con la que había que rodearse”, destacó.

“Luego tuvo la suerte de encontrar a mi padre”, añadió al evocar al editor y crítico de arte Jacques Putman, alguien muy relacionado con artistas e intelectuales como Samuel Becket, Bram van Velde, Gioacometti, Alechinsky o Niki de Saint Phalle.

La idea de rendirle homenaje en un espacio solemne y público a la vez, como es la Alcaldía de París, con entrada gratuita y colas incesantes, fue de Olivia Putman, experta en arte contemporáneo, paisajista y, desde hace cinco años, diseñadora y directora del estudio abierto por su madre. Su iniciativa gustó mucho a la protagonista de la historia, quien el pasado 23 de diciembre cumplió 85 años y quien también celebró el lugar elegido para recibir este homenaje.

Un espacio “extremadamente popular” y en perfecta armonía con su talento, ya que siempre quiso “dar belleza al mayor número posible de personas”, destacó Olivia Putman.

Ella nunca fue elitista, ni snob, ni intelectual; al contrario, su trabajo esta lleno de guiños y de humor, explicó.

Zoom

Vocabulario raro

Andrée Putman habla de una manera muy especial, utiliza un vocabulario raro, difícil de encontrar ya, pues “se está perdiendo esa calidad de vocabulario y de palabra”, explica Olivia. De las piezas elegidas dijo haber incluido un corte del interior del Concorde “para hacer soñar”.