Andrés Moreta Damirón – Quisqueya se fue….

Andrés Moreta Damirón  – Quisqueya se fue….

Nunca pensé que me iba a ver en el compromiso que tengo ahora, pues me acostumbré a ver a mi querida tía Quisqueya con esa fortaleza y valentía que la caracterizó toda su vida. Siempre hay una batalla que debemos perder y es la última y conociéndola más que nadie, ella así lo decidió.

Quiero decir a los cuatro vientos que hoy nos deja una mujer cuyos valores espirituales y personales me sirvieron de formación en mi carrera y mi vida. Difícilmente conozca a un ser tan desprendido y con una vocación de servir a los suyos y todos por igual, que le ganaron el reconocimiento general por doquier, ese desprendimiento provocó despreciar fortunas y famas merecidas y acumuladas a través de su interesante trayectoria.

Su capacidad y habilidad le generaron condiciones y relaciones que, junto a su gran fuerza moral y su recia personalidad, le sirvieron para distinguirse para su sana y espontánea participación en el mundo de las Relaciones Diplomáticas y Humanas para beneficio y prestigio de nuestro país, sin importarle fueran o no consideradas por nuestros respectivos gobiernos; pues supo de las grandezas sin permitir que su ego se afectara, así como también mitigar los efectos del látigo de las ingratitudes y las miserias humanas, cosas estas que nunca lograron afectar lo afable de su carácter conciliador y la mansedumbre y el bálsamo de su mano bondadosa sin mirar a quien, sin medir y sin distinguir.

Son muchas las personas y personalidades que van a extrañar la inesperada ida de Quisqueya. Sus sueños llenos de proyectos interminable, dedicados a inspirados en su país, sobre todo para su recordado y querido pueblo de Barahona.

Como mujer, la lucha por su clase va a sufrir una gran baja. Esa lucha incansable por los Derechos y Condiciones de la Mujer, no tuvo fronteras ni descanso. Como madre, yo soy un testigo elocuente de sus desvelos por todos sus hijos. Leal, Integra, Consecuente, Gran Amiga, Solidaria y Consejera Certera.

Qué pena perder a Quisqueya en un momento en que nuestro país carece de gente que han demostrado su categoría y peso como ella. Adiós Tía Quisqueya, vendedora de esperanzas y conquistas, tu entusiasmo y simpatía estimulaba las buenas voluntades en los seres humanos. Qué grande fuiste y qué solos nos vamos a sentir.

Sólo tu y yo sabemos lo triste que te vas, decepcionada por el gran vacío de valores y condiciones en una obra, la cual ayudaste a construir con tus propias uñas, junto a otros, idos a destiempo. Sé que este no es el país que quisiste dejar a tu partida y que el tiempo te ha hecho una mala jugada, en lo que surgen, se forjan, o se desarrollan alternativas. Pero como te conozco, sé que te las arreglarás para dilatar tu ida definitiva, para encaminar con tus buenos deseos, las fórmulas con los hombres y mujeres valiosos y necesarios para que nuestro país y nuestro pueblo pueda encontrar un mundo mejor.

Las familias Damirón, sus descendientes Alba Damirón y todos nosotros, agradecemos a todas las personas que constantemente dieron su hálito de esperanzas en la gravedad de nuestra Tía y que en este momento nos ha brindado el calor de su amistad y consuelo.

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