El ministro de Educación, Andrés Navarro, afirmó que el ambiente de violencia y de criminalidad que pueda amenazar cualquier sociedad, sólo es posible enfrentarlo de manera efectiva con el involucramiento activo y comprometido de las familias con las escuelas, en la generación de ciudadanos y ciudadanas que propicien una cultura de paz.
Al encabezar el quinto taller de validación “Orientaciones para la Comprensión del Currículo por Competencias”, dirigido a más de un centenar de representantes de las asociaciones de padres, madres y amigos de la escuela del nordeste del país, Navarro señaló que el país puede lograr una generación de nuevos ciudadanos y ciudadanas de paz, a través del nuevo currículo por competencias, “pero hay que hacerlo desde que comienzan a crecer en el hogar y a formarse en la escuela”.
Precisó que la criminalidad y la violencia contra la mujer, intrafamiliar o entre vecinos no se van a acabar simplemente con persecución y el incremento de las sanciones; ni tampoco se evitará que los muchachos se involucren en malas prácticas si no hay una eficaz conjugación de acciones entre la familia y la escuela.
“Si la familia se suma a esta Revolución Educativa que se está experimentando en los centros educativos, a través de este currículo por competencias, es seguro que vamos a tener ciudadanos con sentido de pertenencia a la familia, a la sociedad, a la escuela; ciudadanos que van a promocionar el desarrollo de los demás. Es así como ustedes verán que podremos andar en las calles y en los espacios públicos en paz y tranquilidad. De esto se trata”, aseveró.
Expuso que sólo la conjugación escuela-familia propiciará un clima de paz y armonía en los estudiantes, así como un sentido de pertenencia a su hogar, a la escuela y a su comunidad, en el objetivo de propiciar en ellos vínculos que aporten a su desarrollo personal.
“Ese sentido de pertenencia en los estudiantes no puede ser a una pandilla o a un grupo delictivo, sino a la familia, a la escuela, la iglesia, actividades deportivas y al arte. Es decir, preparar sus metas y sus objetivos. Eso lo vamos a lograr con esta ruta que hemos emprendido”, expuso.
El funcionario destacó que sólo con la labor del maestro en la consecución de los aprendizajes no se podrán alcanzar las metas trazadas en la Revolución Educativa, sino que es necesario el concurso de las familias, especialmente en los objetivos de lograr que los estudiantes logren desarrollar conocimientos y las habilidades de competencias necesarias en las áreas conductuales fundamentales.
“En la escuela se podrá adquirir conocimientos, pero para desarrollar actitudes y patrones de comportamiento se requiere la participación del calor del hogar, razón fundamental por la que les hemos convocado. Buscamos defender derechos de la familia como son la información, participación y de control-seguimiento”, refirió.
Enfatizó que los derechos familiares también envuelven deberes frente al proceso de educación, “por lo que les aseguro que, si asociamos la familia con la escuela en el trabajo de esos objetivos, vamos a lograr transmitir y desarrollar valores en la vida de nuestros hijos”.
La profesora Mariel Altagracia Santos Mora, directora regional de Educación, pronunció las palabras de bienvenida al ministro Navarro, a las familias y al resto de las personalidades asistentes.
En tanto, Carmen Sánchez, coordinadora Pedagógica del viceministerio de Servicios Técnicos y Pedagógicos, tuvo a su cargo las palabras introductorias con la modalidad de validación para la construcción del diseño curricular.
Mientras que Ángela Español, coordinadora del Portafolio Educación de la Fundación Inicia, entidad asesora, presentó los borradores del currículo a los representantes de las APMAE y a las entidades vinculadas al desarrollo de la educación, al tiempo que aclaró que no se trata de un taller formativo, sino de validación para conocer las opiniones de las familias.
“La familia necesita comprender lo que reciben sus hijos para poder apoyar el proceso enseñanza-aprendizaje. Y este encuentro de validación es una acción de responsabilidad del Ministerio de Educación y de verdadera participación comunitaria”, dijo.
Agregó que las reflexiones de los padres deberán ser exigencias de lo que quieren para sus hijos, “pero también conocer cuáles son sus deberes como familia para apoyar el proceso que la escuela ofrece, con la garantía de que se alcanzará un aprendizaje de mucha calidad”.