POR ALEXIS MENDEZ
Siempre he distinguido a Andy Montañez por la forma en que ha manejado su carrera. Porque la disciplina y la calidad han sido sus cartas de presentación. Porque su voz amplifica un sentimiento bohemio, que camina junto a su alma de barrio adquirida en su “Trastalleres” querido en Santurce.

Lo he sentido en los coros de Cortijo y su combo, cantando junto a Pellín en la primera etapa del Gran Combo, y deslizarse entre la variedad temática que va desde un “Barbero Loco”, hasta “Las hojas blancas”, pasando por una “Milonga sentimental”.

En una ocasión, mientras hacía una lista mental, junto a José Federico y Julio Virdes, dos amigos rumberos, pedí no mencionar a Andy, porque él es otra cosa. Porque Corcheas y Semifusas reemplazan las células que debieron correr por su sangre. Sangre de un verdadero cantor. Que por azar llegó a la salsa, pero que bien podría caber en cualquier otra expresión musical.

Lo mismo creo de Pablo (el Milanés de Yolanda). Este negro de Bayamo es clase aparte. Así lo demostró cuando aportó sus versos al movimiento de la “Nueva Trova” en Cuba.

A Documentos y Biografías les ha resultado imposible ubicar la época en que empezó a escribir. Dicen que siempre se le ha visto guitarra a cuesta, y poema al pie del cañón.

Parecería que desde el vientre de su madre viene pariendo canciones.

Cantando no se parece a nadie, y es mejor que todo el mundo. Su voz llega en bajo perfil y se adueña de las almas que lo escuchan. Puede cantar los boleros de siempre, enmarcados del filin que pudo beber en sus inicios. Pero si de cantar son se trata, ahí es único, y si tiene que entonar rancheras o tangos, lo hace a la perfección. Esa capacidad la comprobé en su “Pablo querido”, donde cantó con algunos de sus cómplices y con gente que nunca imaginaría que haría un dúo.

Esa iniciativa de desdoblarse en estilos es la convergencia que me lleva admirar a Pablito y Andy. La que los ha llevado a darnos la mejor noticia; porque como maná enviado por los dioses, estos intérpretes han decidido grabar un disco juntos. Quizás para matarnos de placer.

La idea fue de Andy, tras escuchar el último álbum de duetos del cantautor cubano. Se encontraron en Europa donde el boricua hizo la petición, la cual Pablito aceptó sin vacilar.

Esta producción hablará de la versatilidad de que escribo, y que los dos llevan a cuesta. En ella cantarán boleros, guarachas y salsas, entre otras cosas. Serán temas reconocidos, aunque habrá dos inéditos. En estos momentos se barajan las posibilidades de grabarla en nuestro país (República Dominicana), o en Venezuela. Será todo un manjar para los que vivimos, eternamente, sedientos de buen arte.

Que llegue ya el próximo año, y nos permita disfrutar de esta locura de emociones. Que se apresure el calendario para ver, o mejor dicho oír al “Son de Santurce” acoger las “Proposiciones” cubanas. Y ojalá que Andy y Pablito decidan grabar en esta isla, y la conviertan en testigo de ese capítulo que abrirán en la historia de la música caribeña.
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