Á ngel Haché no actuaba ni dirigía una obra de teatro desde hacía un lustro. Entre las razones para justificar este alejamiento citó la muerte de su gran amigo y colega Rafael Villalona (ocurrida hace tres años) y el poco tiempo que las piezas duran en escenas.

“A la muerte de Rafael yo me quedé como huérfano. Me gustaba trabajar con él porque teníamos el mismo lenguaje teatral. Él me dirigió en muchas obras, así como María Castillo. Ellos dos son los que me han dirigido en las obras en que más me he destacado”, dijo el también artista plástico con un dejo de nostalgia.

Este 2015, la obra “Oleanna” marca su retorno como director. Detrás de esta decisión están sus colegas del grupo Orgánico, el cual fundó hace una década. Al hacerle la propuesta, el actor, formado en España en la década de los 60, les respondió que si encontraban una obra que le gustara, él volvía. Así dieron con “Oleanna” (1992), obra que es muy significativa para el director, pues ha sido escrita por el galardonado dramaturgo estadounidense David Mamet, por quien confiesa una profunda admiración y que, al igual que él, ha sido formado dentro del método Stanislavski.

Esta polémica obra, considerada un paradigma en la mitad del siglo XX, que será protagonizada por Mario Núñez y Jennie Guzmán, estará en escena desde este viernes en la sala Laura Beltrán del Colegio Babeque.

El teatro. Durante la extensa entrevista que nos permitió, Ángel Haché aseguró que el teatro es su vida. Entre las numerosas satisfacciones que este arte le ha aportado está el haber tenido de profesor al estadounidense William Layton (1914-1995), a quien cataloga como la persona que ha marcado su carrera hasta el día de hoy.

En más de medio siglo de trayectoria, ha actuado en unas 40 piezas. Dijo que no ha estado en más porque él se formó para hacer un teatro de mucha calidad. No le gusta el teatro comercial y que no tenga rigor.

Haché lamentó que los actores del teatro dominicano no puedan vivir de su profesión, situación que, según dijo, también atraviesan sus colegas españoles.

España. Tras concluir sus estudios de cine en esta nación, Haché se acercó a su profesor Layton, fundador del grupo Teatro Experimental Independiente, para saber si él podía pertenecer a esta agrupación. La respuesta que le dieron fue satisfactoria. “Tuve el honor de trabajar con Layton en una obra de Harold Pinter y las críticas que tengo son excelentes”, recordó Haché, quien permaneció en ese país de 1967 al 1973 y regresó al país porque pensó que las cosas iban a mejorar.

“Yo me arrepiento de haber dejado el grupo de Layton, porque en ese tiempo logré lo que muchos están buscando ahora. Fue una oportunidad muy buena la que tuve”, señaló Haché con nostalgia.