Ángel Haché pintor ferviente de la naturaleza

Ángel Haché pintor ferviente de la naturaleza

Ángel Haché se distingue como un hombre de teatro, propiedad fundamental de su personalidad profesional. Comediante, director, escenógrafo aun, él domina varias corrientes de la escena, realista, expresionista, simbolista, según la pieza y la actuación lo requieran.

¿Por qué hablar acerca del teatrista… cuando se trata de la presentación de una muestra de pintura? Es que vamos a encontrar esas diferentes tendencias del arte dramático… en el arte sobre lienzo que se exhibe en la Quinta Dominica, una polifacética exposición individual que despierta las mayores expectativas.

Ángel Haché ya había pintado, aun en dúo con Elsa Núñez, inspirado por temas de la fe y el espíritu. Sin embargo, hoy contemplamos una “nueva pintura” de este gran artista, una expresión pictórica sorprendente para quienes lo desconocen como hacedor pluridisciplinario, investigador permanente, trabajador incansable.

La exposición. La reserva y casi timidez con la cual Ángel Haché conversa de su pintura es desmentida en sus propios cuadros,  donde triunfan, indisociables, la forma, el color y la luz. Acerca de la soltura formal, al mismo tiempo bien controlada, la estábamos esperando, conociendo la habilidad del dibujante en la figuración y las configuraciones dentro del espacio.

Hoy descubrimos signos de identificación distintos: la riqueza de una paleta, la diversidad de las gamas de colores y de las tonalidades, las variaciones de la materia que alcanza densidad y espesor, sugiriendo estructuras minerales, o se aligera, cuasi transparente, evocando formaciones coralinas y floraciones encendidas. Además  la luminosidad es una de las protagonistas permanentes de la superficie pictórica y de su percepción del mundo.

En esta colección, y de un cuadro a otro, Ángel Haché viaja por los reinos de la naturaleza, su realidad y su fantasía infinita. La flora y la fauna se encuentran, se mezclan, se transforman.

Un poeta comparaba las mariposas a flores sin tallos que revolotean… Así, el artista pincela imágenes poéticas de un paisaje vital que él puebla de insectos como de aves y peces, pero donde la criatura humana está ausente, tal vez a propósito…

La virtuosidad de Ángel Haché multiplica las representaciones de la naturaleza, ninguna “visión” repitiéndose. Él nos pasea por los accidentes de la tierra que hasta abre sus entrañas, por las profundidades del agua donde mora otro universo, por la multicolor exuberancia de las plantas. Se siente la fascinación por los espectáculos naturales y su mensaje. Aquí laten la vida, la espiritualidad, la emoción que asociamos a una permanente profesión de fe del artista.

Ángel Haché mantiene finalmente el equilibrio entre lo abstracto y lo figurativo, entre lo percibido y lo invisible. Más que una evasión surrealista, él nos propone una versión onírica que trasciende el trópico real. En otras palabras, él pinta metáforas, reinventando el mundo observable, gracias a una extrema sensibilidad que no obstante nunca descarta el orden. Felizmente, la “nueva pintura” de Ángel Haché es la expresión de su íntima convicción, de sus ideales y de un oficio siempre esmeradamente trabajado, con total entrega y sinceridad.

Hacia el futuro. De manera insólita para un artista en plena madurez,  evocamos el entusiasmo y la curiosidad de una primera exposición de un joven que se autodescubre, anhelando mostrar y demostrar todas las posibilidades de su lenguaje plástico, de la figuración a la abstracción.

Viendo en varias obras hasta qué punto Ángel Haché enfoca la composición, el ritmo y el dominio de los espacios como elementos sobresalientes, sabemos que él podrá distanciarse de la representación y de las morfología identificables, con tanta o más fantasía que la observación de lo real. Es así como lo preferimos, y probablemente sea la vía de sus experimentaciones venideras, aunque siga preservando una esencia de las naturalezas, en paisajes más interiores que exteriores.

Creemos que esta capacidad de “desbordamiento” imaginario, de lirismo intrínseco de las formas y variaciones cromáticas, marcará su evolución: el artista no es un geólogo y científico del cosmos, sino un creador visual, que explora regiones desconocidas… de su talento y de su mundo. Estamos a la espera de las próximas revelaciones de la “nueva pintura” de Ángel Haché.

La frase

Abil Peralta

Crítico de arte

Conmueve con las resonancias cromáticas y líneas de fuerza composicionales, al exponer los valores de la luz que parecen emanar desde lo más profundo del corazón de la tierra. El drama del calentamiento global está latente en forma de lava de fuego, las que expone como herida abierta en la superficie de sus telas.”

Zoom

Ángel Haché y la ilustración

Ángel Haché es uno de nuestros mejores ilustradores. Referirse a la ilustración es un elogio más, pues quien ilustra un texto literario o escenas de una película –en el caso de Ángel y su “Homenaje al cine”– no sólo tiene que manejar perfectamente el dibujo, sino conservar su estilo propio y transmitir el pensamiento de otro. Se convierte en un creador en primer y segundo grado, y Ángel Haché, dueño de una elevada cultura, conjuga perfectamente ambas exigencias.

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