Por el momento, el autoproclamado detective Ángel Martínez tendrá que prolongar forzosamente sus vacaciones en el país por las querellas depositadas ante las fiscalías de Santo Domingo y Santiago por personas víctimas de sus temerarias y calumniosas denuncias, quienes han decidido acudir a la justicia ante la sarta de acusaciones que van desde implicaciones en el tráfico de droga y corrupción, hasta asuntos de índole personal, manejados de manera grotesca y vulgar sin considerar siquiera la condición de damas de algunas de sus víctimas.
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Confiamos en que la situación que se ha presentado, junto a las querellas de la ministra de Interior y Policía, licenciada Faride Raful, la productora de televisión Mariasela Álvarez, y los periodistas, Marino Zapete, Altagracia Salazar y Edith Febles contra varios comunicadores dedicados a detractar y formular acusaciones falsas y temerarias, llegue a feliz término con la condena de los mercenarios de las plataformas digitales que por morbo, malquerencias y hasta por encargo, se dedican a asesinar la moral ajena.
Esta es una gran oportunidad para dar un ejemplo y frenar una situación que, prácticamente, se escapa de las manos de las autoridades.