Berlín (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, realiza mañana su visita de presentación a Rusia con la intención de profundizar en la relación estratégica entre Berlín y Moscú, pero también con una actitud más crítica que la del anterior gobierno germano, ya que piensa reunirse con opositores y algunas ONG.

La visita de un día abarcará una entrevista a solas con el presidente Vladimir Putin, una reunión con miembros de ambos gabinetes, y una recepción en la Embajada alemana en la que participarán personalidades de la política, de los grupos pro derechos humanos, de las iglesias, de la economía y las ciencias.

El predecesor de Merkel, Gerhard Schroeder, no acostumbraba a reunirse con las ONG cuando visitaba Moscú y con frecuencia se le ha reprochado el que también evitara criticar públicamente los déficit democráticos de Rusia, en particular el conflicto de Chechenia y la situación de la oposición.

El gobierno alemán ha tratado, en una rueda de prensa hoy, domingo, de aclarar que la relación con Moscú es tan importante para este ejecutivo como para el anterior, pese a que pretenda ser más crítico y quiera cuidar las relaciones con los vecinos de Rusia.

El viaje, insistieron altos funcionarios del gobierno que hablaron bajo condición de anonimato, se inscribe «dentro de la continuidad y de la tradición de cooperación estratégica».

El diálogo con Moscú seguirá a todos los niveles y «no se le pretende quitar nada, sino por lo contrario, ampliarlo y profundizarlo», aseguraron las mismas fuentes.

En esta primera visita de Merkel a Moscú como canciller se tratará por ello todo el espectro de temas que interesan en la relación bilateral, desde el G-8 hasta la energía, pasando por el contencioso de Irán o la situación en Oriente Medio.

«La cooperación estratégica no sólo es económica sino que abarca un amplio espectro», dijo uno de los altos funcionarios y esta fue la única crítica indirecta y muy velada a Schroeder que cuidó ante todo ese aspecto de la relación con Rusia y viajaba a Moscú acompañado por nutridas delegaciones de empresarios.

El nuevo gobierno marca también la diferencia con su predecesor en la elección de los empresarios rusos que acudirán a la recepción de la Embajada, ya que no habrá representantes del sector energético sino de ámbitos menos fundamentales; entre los invitados hay, por ejemplo, un chocolatero.

Pero en esa recepción los invitados que más interés despiertan son los presidentes de las ONG y grupos pro derechos humanos, los diputados de la Duma y los jefes de las Iglesias ortodoxa, musulmana, judía, católica y evangélica.

Las ONG invitadas son el Comité de Helsinki, la Asociación Memorial para la recuperación de la memoria histórica y de defensa de los derechos humanos y el Comité de Madres de Soldados.

También asistirán artistas, periodistas y científicos pues la canciller ha querido reunirse con una representación lo más amplia posible de la sociedad rusa.

Merkel sólo podrá dedicar entre 40 y 45 minutos a esta reunión, por lo que no se tratará de una mesa redonda, pero los altos funcionarios negaron que se trate un simple acto simbólico y aseguraron que en una visita de presentación no puede uno centrarse en un aspecto o en un ámbito.

Por este mismo motivo, en la entrevista con Putin, Merkel pretende abordar todos los asuntos importantes dejando para la cumbre bilateral que tendrá lugar también en Rusia en abril la posibilidad de profundizar en proyectos de cooperación económica, científica, tecnológica o académica.

La política internacional centrará gran parte de la conversación ya que Merkel desea asegurarse el apoyo de Rusia a una posible iniciativa conjunta en el contencioso sobre el programa nuclear de Irán que incluya a Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

Desea asimismo hablar con Putin de las elecciones presidenciales de 2008 en Rusia («la canciller quiere enterarse por el presidente si hay posibilidades de que haya varios candidatos») y las que se celebran en marzo en Ucrania y en Bielorrusia.

En el caso de Bielorrusia Alemania espera que se permita la presencia de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) durante los comicios y transparencia informativa antes de los mismos.

En cuanto a Chechenia, Merkel indicará que está muy interesada en un proceso de reconciliación y en evitar una inestabilidad que afecta también a los vecinos.

Merkel no tiene con Putin una amistad personal como Schroeder pero, según las mismas fuentes, «aprecia su forma abierta y directa de hablar» y además puede entenderse con él tanto en alemán como en ruso, ya que ambos hablan el idioma del otro.