Angela Peña – ¡Cuidado al dar bola!

Angela Peña – ¡Cuidado al dar bola!

Un joven, miembro de una apreciada familia de Santiago, fue víctima la semana pasada del ardid que emplea una atractiva muchacha para capturar víctimas, atracarlas y si es posible liquidarlas, secundada por una pandilla de hombres que se reparten con ella el botín.

Él salía de su trabajo y la chica le pidió bola, con el argumento de que vivían cerca. A los pocos minutos ya él estaba inconsciente. Al otro día despertó en un extraño lugar, despojado de cuanto cargaba de valor y con los dientes rotos. Como pudo, aún atontado, acudió a un médico amigo que al escuchar el relato reaccionó: “¡Dale gracias a Dios, porque estás vivo. Esa es una banda de delincuentes, criminales, que las autoridades no han podido atrapar!”, y le contó de sus fechorías y mecanismos para el atraco.

Se reciben casos parecidos por Internet, de víctimas alertando sobre esta dolorosa experiencia, que no la había sentido tan real y patética como lo narran los distinguidos padres de este joven que se fue a Santiago a despejarse del tremendo trauma.

El suceso le ocurrió en Santo Domingo, donde estudia y trabaja. Tras detener su vehículo y abrir la puerta a la desconocida, ésta lo dejó inconsciente con una sustancia anestésica. Más adelante le esperaban sus cómplices que se hicieron cargo del volante mientras atracaban, dormido, inconsciente, indefenso, al bondadoso muchacho. Luego lo abandonaron en un sitio desconocido para él, desierto. Sobrevivió por milagro, le dijo el amigo facultativo contándole otros casos similares que ha recibido.

La familia está conturbada y teme futuras consecuencias emocionales negativas en la psiquis de su hijo, aunque salió prácticamente ileso, físicamente, de la acción de esta asociación criminal y bandolera.

Tal vez nunca volverá a ver a la farsante embaucadora que logró confundirlo. Una denuncia a la policía quizá hubiese resultado inútil. Hoy sólo queda la esperanza de que se recupere de este golpe turbador y alertar a los jóvenes: ¡Cuidado con dar bolas a desconocidas! Ellas se presentan diciendo que viven cerca y mencionan nombres y lugares familiares. ¡No se detengan! ¡No abran las puertas! ¡No las monten!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas