Angela Peña – De mi amor, a pedazo de animal

Angela Peña – De mi amor, a pedazo de animal

Don Mario Gilberto Gonzáles es un asiduo lector de esta columna. Es un antiguo profesor y ejecutivo de la Universidad Católica Madre y Maestra, que ahora reside en España. Siempre escribe comentarios a esta sección, como hacen decenas de lectores del país dispersos por el mundo, a los que se agradece, también, las consideraciones que a diario expresan en la edición digital.

El contenido de la columna del pasado viernes, “De mi amor, a mamᔠha sido glosada por infinidad de lectores que comparten las quejas de las esposas desatendidas después de un breve tiempo de casadas. Don Mario me envió un cuento que escribió hace unos años, que refleja esa situación, “Las dos lunas”. Es muy ameno y real. Breve, pero sustancioso, patético. Estos son su carta y su escrito:

[b]Almería, España, 24 de enero de 2004.[/b]

[b]Querida Angelita:[/b]

Leí su artículo de ayer “De mi amor, a mamá”. Lo mismo que usted dice se lo envío en un cuentecito que escribí hace varios años y que lo utilizo cuando doy charlas a las parejas en Dinámicas Matrimoniales.

Desde mi balcón.

[b]LAS DOS LUNAS[/b]

[b]Mario Gilberto González R.[/b]

Una pareja de enamorados se regalaba besos y caricias en un recodo del malecón. La luna apareció esplendorosa y bañó de plata las olas del mar. De pronto una nube negra cubrió a la luna.

Le dice ella: Juan ¿por qué la luna se cubrió con esa nube negra?

Él la aprieta contra su pecho. La mira a los ojos y le dice: ¿por qué va a ser mi amor…? La luna está envidiosa de mis besos, mi amor y mis caricias para ti.

Se casaron. Una noche iban a una diligencia prosaica de la vida cuando la luna apareció brillante con un manto azul oscuro de fondo. De pronto una nube negra la cubrió.

Le dice ella. Juan ¿Por qué la luna se cubrió con esa nube negra?

Responde él muy serio y casi enojado. ¡Pedazo de animal! ¿No ves que va a llover…?

Con especial cariño. Mario Gilberto.

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