El chivo es un animal especial, simbólico, misterioso, esquivo, bronco, solitario, escabroso, sospechoso y poco dado al aseo pero sumamente popular y trascendente. Pocos animales se mencionan tanto en la historia, literatura, política, gramática, arte, música…

Después del ajusticiamiento de Trujillo recobró vigencia, porque antes de la eliminación del tirano no era más que una carne demandada por sana. Una vez, el profesor Juan Bosch declaró en una entrevista que esa era la que prefería por ser la menos dañina a la salud. En realidad, poco puede afectar al organismo un animalito que apenas se alimenta de plantas silvestres, que no se “encompincha” ni tiene vicios, que camina por esos predios linieros o sureños sin más comida que hierba seca y cambrones. Su carne es un misterio que hay que saber condimentar pues quien no conoce el secreto de su sazón, no le encuentra el gusto al chivo. Paradójicamente, el chivo se liga al sexo. Se habla del macho cabrío y en algunas obras literarias se le presenta como símbolo de virilidad.

John Bartlow Martín lo asoció a la política cuando publicó La muerte del chivo, que después, en una segunda edición, cambió por La muerte del dictador. Vargas Llosa lo rescató con su polémica Fiesta del Chivo pero ya en 1961 Trujillo había dejado de ser El Jefe cuando Rafelito Martínez grabó Mataron al chivo. En una definición cantada de las características del dominicano, Yaqui Núñez no podía olvidar al cuadrúpedo y en voz de Cecilia García se popularizó la expresión de que aquí sospecho es estar chivo y cualquier pregunta es un gancho, y todo aquel que no es chivo fácilmente cae en gancho.

Chivo ha pasado a ser el nombre con que el pueblo antitrujillista identifica a quien fuera el aclamado Generalísimo, Benefactor y Padre de la Patria Nueva.

En el lenguaje popular, chivo tiene innumerosas aplicaciones. Sorprende ver la cantidad enorme de significados que recogió Carlos Esteban Deive en su Diccionario de Dominicanismos, algunos olvidados. El chivo, sin embargo, sigue siendo símbolo, curiosidad, aunque la más sobresaliente asociación con el animal es la de que un chivo es cobarde. Gritó como un chivo, dicen. A los disparatosos los llaman chivos locos, y al temeroso del agua también le dicen chivo. Si el olor es característico, le dicen chivo cojú. Estas son las definiciones que ofrece Deive: Chivito: individuo de poca importancia. Ser uno un chivito jarto de jobo: ser un individuo de a poco.

Chivo: persona que sin pagar se mete en un sitio de diversión pública. Escrito que llevan los estudiantes para copiar disimuladamente en los exámenes. Parte que, por la poca práctica, se queda sin pintar en un mueble, puerta, etc. Entre jugadores de dominó, ficha que por fraude o descuido, se pone y cuyos puntos o número no corresponde al de la ficha junto a la cual se coloca. Chivo florete: llamado también chivo de Samaná, es una variedad del baile del merengue en el que se omite el paseo y se cambia por un paso doble. Berrear como un chivo: gritar desaforadamente. Buscar chivo con cencerro: desafiar un peligro o acometer una empresa arriesgada. Estar como un chivo: encolerizarse. Hacerse el chivo loco: simular, desatenderse de algo, darse por no enterado, no prestar atención a algo pretextando ignorancia, inadvertencia o incomprensión. Heder a chivo cojú: heder a rayos. No querer uno chivo con cencerro: no desear una cosa que pueda causar daño o perjuicio. Meterle a uno chivo: presentarle a una cita o definición y atribuirla falsamente a un autor desconocido o imaginarlo para ganar la discusión. Ponerse chivo: sospechar. Tener boca de chivo: tener acierto en los pronósticos, conjeturas o predicciones. Vivir como chivo sin ley: vivir sin sujeción a normas o reglas, despacharse uno a gusto o hacer y decir sin reparo lo que le conviene o acomoda.