Ángela Peña – La novela del General

Ángela Peña – La novela del General

Una atractiva portada que contrasta leyendas, nostalgias, historia, romance, remembranzas, evocación y olvido, parece resumir el valioso contenido de Rosendo, la novela que puso a circular recientemente el general Benito Monción Leonardo.

Como obra de ficción es documento, y tal vez un cúmulo de vivencias personales del autor –civiles, sociales, militares, políticas-, que, sin embargo, parecen comunes a los de Villa Juana como a los series veintitrés, a los habitantes de Miraflores como a los de mejoramiento Social, de Villa Consuelo, como de Galindo, de Higüey, El Seibo, Santiago, la región Este o La Aguedita.

Las novelas históricas o las historias noveladas están en auge y el reconocido militar utiliza conocimientos, estudios, experiencias, para mezclar realidad e imaginación, aunque Rosendo es más verdad que fantasía, y volcar en texto sencillo una suerte de historia hilvanada con los recursos del amor para dejar en el lector valiosas enseñanzas del pasado reciente.

En el libro pueden conocerse antiguos nombres de calles que hoy tienen nueva denominación, por los que vivieron, se pasearon o desfilaron los personajes de este tierno relato, conjugación de variados sentimientos que conmueven.

La faceta de historiador del distinguido nieto del prócer Benito Monción se puso de manifiesto al referir e interpretar trascendentes hechos del acontecer nacional, como la actuación de los interventores yanquis de 1916, el alzamiento y la posterior persecución a los nacionalistas que se les enfrentaron y a los que se llamó despectivamente gavilleros; el ascenso de Trujillo al poder y todo el desarrollo dominicano a partir de entonces. Estilos de vida, expresiones, fiestas patronales, diferencias de clases, costumbres, modas, tradiciones, personajes, grupos de inmigrantes se suceden en la narración creando ambientes, escenarios, situaciones, a relaciones entre parejas a las que rodean más muertes, misterios, traiciones e intrigas que pasiones y ternuras.

Rosendo pudo haber sido también la historia urbana de la Capital desde mediados del siglo pasado hasta un decenio antes del ajusticiamiento de Trujillo, por las detalladas descripciones de casas, hospitales, comercios, mansiones, acueductos, alumbrados, que presenta Monción Leonardo, desde donde vivía el más acaudalado morador de Gazcue hasta el domicilio lejano del más infeliz vecino de Pajarito.

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