Angela Peña – Perelló vende su vida

Angela Peña – Perelló vende su vida

Gabriel D’Annunzio, inspirador del Fascismo, escribió: “renovarse o morir”. Ramón Lorenzo Perelló practica ese dogma. Hoy, nuevamente quiere renovar su colección de libros, de discos compactos, de “láser disc” y su apreciable conjunto de la famosa revista Selecciones de Reader’s Digest, desde el primer número editado en español hasta el 2004. Dentro de la colección de CD hay más de sesenta zarzuelas que tal vez ni conocen muchos españoles.

Perelló vende su vida. Porque la vida de él ha sido sus libros, la música selecta y las películas clásicas. Y está vendiendo todas esas ricas colecciones a las que ha dedicado patrimonio y tiempo, con la fiebre del delirante devorador de buena lectura, con el furor del apasionado oyente de las melodías mejores. Es cinéfilo, melómano y bibliófilo que ha realizado viajes por el mundo tan solo para cazar un álbum melódico o apostar al ejemplar original, único, raro, agotado, arrebatándolo al mejor licitador.

Su biblioteca es universal. Variedad de tomos escritos de todas las épocas y tratados son prácticamente principales huéspedes de su casa en la que acompaña la sabia conversación con un coro divino o con el celestial instrumental de un gran maestro del violín, el piano, la guitarra.

Lo ideal hubiese sido que el reconocido luchador antitrujillista que pronunció en Santiago el histórico anuncio de la salida de los sedimentos del Trujillato, en noviembre de 1961, hubiese podido vender sus discos, videos, “dividis” y libros al Gobierno o a algún bienhechor del sector privado para donarlos a instituciones culturales o clubes sociales. Pero no fueron exitosas las gestiones que hizo a representantes de esas áreas y las valiosas piezas están siendo negociadas al detalle, si puede llamársele negocio al bajo precio en que este desinteresado coleccionista está dejando las obras que le han acompañado en su existencia.

Perelló fue el más popular dirigente de la Unión Cívica Nacional en la región del Cibao donde lo recuerdan saludando al pueblo por las estaciones en cadena después del pegajoso himno de la agrupación. En 1960 cayó preso junto a su hermano Enrique, al que no vio jamás porque no tuvo, como él, la suerte de sobrevivir a la cólera de la tiranía. Desde que el ex presidente Balaguer quedó ciego, los ojos de Perelló veían por los del líder reformista. Fue asistente y lector oficial del gobernante hasta que éste falleció.

Hoy Perelló decidió despojarse de su inigualable acervo: incontables volúmenes y una valiosa selección musical en discos compactos de solistas, tríos, dúos, orquestas, conciertos, óperas… El apasionado coleccionista tiene seis hijos, pero todos viven en el extranjero, están casados y no vienen a la República más que de turistas, dice. Ese, declara, es el principal motivo de deshacerse de su incomparable patrimonio.

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