Angela Peña – Rebatiña cultural

Angela Peña – Rebatiña cultural

Parece que ya cesaron los dime y diretes de algunos dignos representantes de la intelectualidad nacional que hasta hace poco aclaraban si firmaron o no listas de adhesiones a los pasados aspirantes a la presidencia de la República, en los que salieron a relucir novedosos datos personales de los pensantes que muchos anotaron para propósitos futuros. Los salientes estarán recogiendo y los ganadores preparándose para asumir funciones porque, según críticos, lo que estaba en juego no era plantear el papel de los pensadores en la sociedad, sino asegurar o lamentar codiciados y siempre bienvenidos carguitos. Aunque un poco tarde, el doctor Euclides Gutiérrez Félix se refiere al tema en una carta que hace alusión a la columna que publiqué refiriéndome al caso, titulada “Los Culturólogos”. Agradezco los comerciales que el distinguido historiador, político, académico, trujillólogo, catedrático universitario, lingüista, bolerista, introduce en la misiva.

“Estimada Angela:

He admirado siempre entre las periodistas de nuestro país, llamadas ahora “comunicadoras sociales” –que es un antifonético calificativo–, la objetividad de tus trabajos en el orden histórico, social y político, que persiguen estimular y ayudar a elevar el nivel cultural de nuestro pueblo. Leo siempre con particular y crítica atención tu columna en el periódico HOY y la del día viernes 28 de mayo de 2004 me ha tocado profundamente porque en ella dices tantas verdades y advertencias que es necesario ponderar. Y te refieres en ella a ese sector de la intelectualidad o los intelectuales dominicanos que protagonizaron una censurable y cuestionable discusión, estableciendo responsabilidades de carácter político, porque algunos figuran y otros no, en listas que más bien son nóminas de lealtad política a este gobierno del PRD, dirigido por el PPH.

Con mucha discreción debo decir que en la escuela primaria, secundaria y en la universidad, y más tarde en la brega de la vida, tuve siempre la idea de que en nuestro país, como en cualquier otro con las características de atraso social similar, los intelectuales sin importar los matices de los temas a los que se dedican, son guías, ejemplos, pedagogos, con destellos de faros que trazan e iluminan el camino que los pueblos deben seguir. Por eso pienso que resulta preocupante realmente que un número importante de intelectuales pierdan su tiempo y desperdicien su talento en rebatiñas de acusaciones y contraacusaciones que a la larga en nada benefician a esta comunidad caribeña, huérfana ahora en la inversión de valores que vive, de quienes la guíen y la obliguen a transitar por un incuestionable camino de conocimientos y consolidación de principios morales.

En tu columna, con mucha responsabilidad has tratado el tema y espero que otras y otros sigan tu ejemplo, para que no terminemos abrumados y aplastados por una gigantesca montaña de yoísmo, perfidia y sobreestimación pequeño-burguesa que se manifiesta, ahora más que nunca, en este momento dramático que vive la República Dominicana, al parecer, de la mano de Dios.

Con admiración, cariño y solidaridad, ahora y siempre.

Te aprecia,

Euclides”.

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