Angustia y desesperación entre empleados y migrantes en centros

Angustia y desesperación entre empleados y migrantes en centros

A cinco días de que finalice el plazo para aplicar al Plan Nacional de Regularización, el ritmo de trabajo en los centros de atención se intensifica, es extenuante, angustiante. La desesperación y la incertidumbre se describen en los rostros de los extranjeros que hacen conciencia de la realidad que les espera si no logran regularizarse.

El proceso ha representado a los inmigrantes, en su gran mayoría haitianos, tortuosos días haciendo interminables filas bajo las inclemencias del tiempo, para poder siquiera entrar al plantel a inscribirse. Sin embargo, también ha resultado agotador y desgastante para los que están del otro lado dando el servicio, haciendo las labores propias del programa.

Quienes trabajan en el plan han visto cómo cada día su jornada de trabajo se hace más larga, superando casi siempre las doce horas, donde incluso el tiempo de descanso en ocasiones tiene que ser suprimido por la presión de la cantidad de personas que tienen que atender.

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