“La lluvia no daña mi fiesta”, reza el estribillo de una popular canción, y así lo demostró el carismático mercadólogo Wladimir Lendof, quien reafirmó su poder de convocatoria con el nutrido grupo de invitados que, desafiando las inclemencias del tiempo, se dio cita a la recepción del duodécimo aniversario de su firma de relaciones públicas Lendof & Asociados.

Dos modelos vestidas con los vaporosos trajes del siglo XV, eran las encargadas de recibir a los invitados, entre ellos personalidades de diversos ámbitos, todos siguiendo al pie de  la letra la  indicación de la invitación que sugería vestir  en tonalidades negras, grises y azules.  

Una vez en los pasillos del salón Anacaona del hotel Jaragua, parecían atravesar entre la bruma de la noche los espectaculares jardines del Palacios de Versalles, dibujados en grandes paneles, paradójicamente con pantallas planas incrustadas que mostraban imágenes de una película de esa época.

Dos horas y media después del  inicio del evento, tanto las damas como los caballeros presentes con muy entretenidos, con copas de champaña,  de un escocés premium y vinos diversos, hasta que se escuchó: “En algún momento tenía  que hacerlo. Es  la hora de hablar”, frase pronunciada por Wladimir Lendof desde el podio interrumpiendo el bullicio, esta vez menos nervioso que el año pasado. Contó hasta tres y empezó su breve discurso de agradecimiento a su familia, equipo de trabajo, empresas y colaboradores que lo han acompañado en el  camino de sus éxitos.