Hoy 
POR LEONOR ASILIS
Hoy es Domingo de Resurrección, aniversario del triunfo de Cristo.
Es el hecho más trascendental ocurrido en la humanidad, donde Jesucristo el Hijo de Dios triunfa sobre la muerte ocasionada por el pecado del hombre, abriéndonos las puertas hacia la vida inmortal.
Es la manifestación gloriosa de la misericordia divina que nos invita a la alegría y la esperanza de esperar la vida futura donde nos encontraremos cara a cara con Él en plena felicidad, donde no habrá penas ni tristezas.
Imaginémonos que si el sólo hecho de esperar este gran momento en que resucitemos nos cause tanta alegría, que será el poseerla?
Cuando Jesús nos diga: Venid, benditos de mi Padre, recibid el Reino, como nos lo explica San Agustín en su sermón 299: cuando todos los santos se encuentren reunidos, cuando se encuentren allí quienes no se conocían antes, se reconozcan quienes se conocían: allí la compañía será tal que nunca se perderá una amigo ni se temerá un enemigo.
Y es que la Resurrección de nuestro Señor es nueva vida para los que creen en Jesús. Así es! No sólo será, sino que es!
Veamos lo que dice San Pablo: Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde esta Cristo sentado a la derecha de Dios; buscad las cosas de arriba, no las de la tierra; pues estáis muertos (Col 3, 1-3)
Podríamos concluir entonces que si vivimos bien, hemos muerto y resucitado; quien en cambio aun no ha muerto ni ha resucitado, vive mal todavía, y si vive mal, no vive. Es preciso cambiar de vida, para no morir definitivamente.
Volvamos a las palabras del Santo Doctor Obispo de Hipona cuando expone con destreza magistral y gráfica la equivocada búsqueda de la felicidad en las cosas mundanas: Se que todos queréis ser felices. Preséntame un salteador, un criminal, un fornicador, un malhechor, un sacrílego, un hombre manchado con toda clase de vicios y cubierto con toda clase de torpezas y delitos que no quiera vivir una vida feliz, pero por qué buscáis la mentira, por qué quieres ser ensalzado en este mundo, por qué crees que vas a ser feliz con el honor que te tributen los hombres y con la pompa mundana, pero la pompa mundana no te hace feliz. Por qué buscas la mentira.
La verdad está en Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Él es quien nos purifica, nos libera de nuestros egoísmos, vicios, maldades, complejos y tristezas; sanándonos interiormente, regalándonos dones de plenitud.
Jesús es nuestro camino en el amor, en el perdón y en la solidaridad, estemos siempre unidos con Él.
¡Felices Pascuas de Resurrección!
