NACIONES UNIDAS (EFE).- La demanda de misiones de paz está alcanzando niveles récord, alertó el secretario general de la ONU, Kofi Annan, en un informe publicado ayer en el que hace un balance de los avances logrados en la aplicación de la Declaración del Milenio.

   Como cada año, Annan presentó su informe de valoración sobre cómo los gobiernos han implementado políticas y programas para alcanzar los Objetivos adoptados en la Cumbre del Milenio de 2000, entre ellos reducir la pobreza a la mitad en el 2015.

   Annan dedica una parte importante de su análisis al aumento de las operaciones de paz que, a su juicio, demuestra que están mejorando las expectativas para la resolución de conflictos, pero a la vez requiere, por parte de los Estados, de un mayor compromiso político, financiero y de recursos materiales y humanos.

   En la actualidad, la ONU está administrando 17 operaciones de paz, incluso algunas en ambientes políticos frágiles como Afganistán, Etiopía y Eritrea, Georgia y Kosovo.

   La ONU también se está retirando gradualmente de países estables como Sierra Leona, en donde asistió al gobierno en el proceso de consolidación de la paz y la democracia, y en Timor Oriental, en donde contribuyó al proceso a la independencia.

   Sin embargo, nuevas operaciones han sido autorizadas en el último año, como la de Liberia, Costa de Marfil, Haití, Burundi y están planeando una misión de paz en Sudán.

   En su informe, Annan estima que se requerirán más de 30.000 efectivos adicionales para hacer frente a este aumento de misiones pacificadoras, además de los 50.000 militares y policías civiles que hay actualmente desplegados.

   Ello podría significar que el número de «cascos azules» superará el momento más activo de las operaciones de paz, que fue en 1993, cuando la ONU tenía desplegados 78.000 efectivos en todo el mundo.

   «La demanda de las operaciones de paz de la ONU ha aumentado en el 2004, lo que representa un desafío que no se ha visto desde que aumentó la magnitud y la complejidad de las misiones en los años 90», indicó Annan en su informe.

   Precisó que si bien es posible encontrar tropas, existe un déficit de capacidades militares especializadas, así como también es necesario diseñar políticas claras de retirada de las misiones una vez hayan cumplido con sus objetivos.

   En otras secciones del informe, el máximo responsable de la ONU resaltó la necesidad de trabajar de manera sólida y continua con las instituciones y organismos locales para impulsar el desarrollo económico sostenible, el buen gobierno y el predominio de la ley.

   En cuanto a la reducción de la pobreza, anotó que mientras que ha habido avances palpables en países asiáticos, norte de Africa, América Latina y el Caribe, así como de la Comunidad de Estados Independientes (antigua Unión Soviética), existen áreas del Africa subsahariana que todavía están en crisis.

   Destacó que son los países menos desarrollados, muchos de ellos sin salida al mar, los que están más rezagados en los avances de los Objetivos del Milenio y lamentó que incluso algunos hayan experimentado retrocesos en la consecución de esas metas.

   Pese a que el hambre se está reduciendo a nivel mundial desde 1990, Annan considera que muchos de los países no podrán alcanzar los objetivos del Milenio relativos a otras áreas como la educación primaria, la igualdad de la mujer, la mortalidad infantil, la salud materna, las enfermedades, el medio ambiente y la cooperación para el desarrollo.

   Subrayó que la asistencia oficial para el desarrollo ha aumentado sustancialmente desde la Cumbre del Milenio y ha pasado a ser de 52.400 millones de dólares en el 2000 a 68.5000 millones de dólares en 2003.

   Sin embargo, señala en el informe que las estimaciones presentadas por el grupo de expertos de alto nivel en financiación para el desarrollo, encabezado por el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, fijan en 100 millones de dólares la cantidad oficial que se necesita para la asistencia.