En la página 357 del libro de Joseph Stiglitz (Premio Nobel de economía 2001) «Los felices 90» se lee: «Y aunque en Estados Unidos a menudo se habla del estado de derecho su pretensión de instaurar medidas unilaterales refleja un rechazo del estado de derecho a escala internacional.

«Estados Unidos está a favor de unas reglas del juego globales, pero le preocupa que la Organización Mundial del Comercio o el Tribunal Penal Internacional puedan transgredir su soberanía. En resumen está a favor del estado de derecho en la medida que se adapta a sus deseos». Me permito añadir las Naciones Unidas como uno más de esos organismos donde Estados Unidos predica lo que no practica, pero además, y a eso se refiere este artículo, donde la escogencia del Secretario General sigue lineamientos a tono con lo que Estados Unidos espera de ellos.

A principios de la semana última de junio del 2004 Kofi Annan, aprovechando la tribuna mundial de que dispone llamó la atención -en tono muy grave y casi amenazante como si debiéramos sentirnos culpables- sobre el resurgimiento mundial del antisemitismo. Ya días antes El Baradai, el jefe de la Comisión Internacional de Energía Atómica había reiterado tal vez por décima vez, que Irán no estaba cumpliendo con las exigencias de supervisión de su programa atómico requeridas por dicha Agencia. El Baradai empleó un tono duro y sin concesiones para referirse a los iraníes.

Debo recordarle al lector que estas dos figuras internacionales se prestaron al cumplimiento de papeles deleznables. Kofi Annan se plegó a las presiones de Bush para forzar la Resolución 1401 sobre Iraq, para reanudar las inspecciones en busca de armas químicas y al final terminó secundando los planes guerreristas de los halcones republicanos en una de las más vergonzosas conductas de un Secretario General. Tanto en verdad que Nelson Mandela lo increpó y lo puso en el sitio de los lacayos serviles donde le corresponde estar. En cuanto a El Baradai a pesar de que sabía a ciencia cierta que no habían armas atómicas en Iraq no se atrevió a decirlo categóricamente y sus ambigüedades así como las de Hans Blix, facilitaron la agresión de Bush a Irak. Ahora, ambos señores vuelven con necesidades irrespetuosas a la inteligencia, al hecho histórico y a la vergüenza de los hombres.

Señor Kofi Annan, si es verdad que hay un resurgimiento del antisemitismo en todo el mundo, y en efecto es verdad constatable, vaya a reclamarle la culpa a Ariel Sharon, la derecha fascista que lo apoya y los carniceros israelíes que se regocijan con las matanzas de palestinos que perpetran incesantemente en ancianos, mujeres y niños. Si el mundo está horrorizado e indignado con las tropelías israelitas, ese mundo y yo como parte minúscula de el tengo pleno derecho a gritar y vociferar mi indignación y si a usted y Sharon eso le sabe a antisemitismo, que así sea. No le luce a usted en la ONU la defensa del sionismo fascista, pero al fin y al cabo usted no está ahí por principios suyos ni ajenos, sino por un empleo que consiguió medrando y plegándose.

En cuanto a El Baradai, tampoco le luce exigirle nada a Iran sin haberle antes reclamado, exigido y desarmado el arsenal atómico almacenado en Israel. Yo me pregunto y con toda la indignación posible del mundo. )Cómo es posible que hagáis presión sobre Iran mientras Israel hace lo que le da la gana? )Cómo se les ocurre intentar hacerme sentir culpable de antisemitismo si Israel ha hecho todo lo posible por indignar al mundo? O )es que creían que podían asesinar a mansalva y además pretender que se lo celebren? Los tiempos del martirologio judío pasaron a la historia y ahora los judíos que apoyan los crímenes cometidos en Israel en su nombre, tendrán que asumir la responsabilidad final por ellos y a la corta o a la larga la comunidad internacional se lo va a reclamar.

)Por qué alguien de la estatura, los méritos y la dignidad de Nelson Mandela no es ni ha sido designado y/o propuesto (que yo sepa) como Secretario General de la ONU? Vean de nuevo el primer párrafo.