El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró en sus redes sociales que el país está cerró el «año más seguro» de su historia.
«A punto de cerrar el mes más seguro de nuestra historia, en el año más seguro de nuestra historia. ¿Seguimos?», publicó el mandatario en redes sociales sin proporcionar las cifras totales del año ni su comparativo con años anteriores.
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El Salvador se encuentra desde finales de marzo, tras una escalada de asesinatos atribuidos a las pandillas, bajo un régimen de excepción que el Congreso ha prorrogado hasta mediados de enero de 2023.
Bajo esta medida, que suspende varias garantías constitucionales y modifica los plazos judiciales, el Gobierno ha informado de al menos 180 homicidios desde marzo.
El ministro de la Defensa, René Merino, dijo el viernes que «las estadísticas hablan por sí solas, no se puede hacer una comparación con gestiones anteriores, las cifras son abismales».
Merino también dijo que bajo el régimen de excepción el país registra unos 160 días «con cero homicidios». En esta cuenta, el Ejecutivo de Bukele incluye días en los que únicamente se han computado muertes de pandilleros en supuestos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Las cifras de gestiones anteriores, con las que el Ejecutivo compara sus datos, si incluían este tipo de muertes violentas en la cuenta de homicidios.
Las autoridades también han reportado más de 60.400 detenciones de supuestos pandilleros, mientras que las organizaciones humanitarias han recogido miles de denuncias de atropellos a derechos humanos, principalmente por detenciones arbitrarias.
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Los datos oficiales indican que, al menos hasta el 19 de diciembre, los cuerpos de seguridad registraron 60.452 arrestos, que representarían el 0,95 % de total de la población.
Un informe de Human Rights Watch (HRW) y la organización Cristosal señala que durante el régimen se han dado violaciones de derechos humanos, más de 90 muertes en custodia de fuerzas de seguridad del Estado y casos de «torturas y malos tratos».