Año de promoción de la salud

Año de promoción de la salud

JOSÉ SILIÉ RUIZ
El presidente Leonel Fernández encabezó hace unos días el acto oficial de proclamación del «Año Nacional de la Promoción de la Salud», dispuesto mediante decreto No. 706-07, para cuya implementación se integraron dos comisiones que ejecutarán las actividades relacionadas con el tema.

Como trabajadores de la salud que somos, ya que antes que neurólogo somos médico, y con un cierto dolor social, nos alegramos de la medida.

Es preciso tener en cuenta que la salud es el más preciado de los bienes, cuya simple definición hoy día no es sólo la ausencia de enfermedad, sino una compleja espesura que incluye el bienestar, la educación, manejo de las aguas, las excretas, el mínimo de seguridad social, entre otros factores a ponderar. En fin, que amén de enmarañado, el problema lleva apareado costos millonarios, constituye una penosa realidad que aún en los países ricos, los problemas de salud pública y social continúan siendo de gran complejidad en su solución, por los numerosos elementos que participan en su consecución, por ello nos compete a todos y no sólo al Estado asumir esa responsabilidad.

Estamos esperanzados en que todo llegará a feliz término. La tarea es más que ardua, sería más bien titánica, para los hombres y mujeres con esa responsabilidad; claro que las campañas en salud tienen períodos más específicos y un año es largo en el sentido de la inversión económica, pues son cuantiosos los recursos que se hacen necesarios, con el agravante de éste ser un año electoral. Penosamente, a muchos no les interesa la nación sino su propia parcela política, siendo capaces de apostar al fracaso de este cometido aún en contra del propio país, y no colaboran con el granito de arena que cada uno de nosotros debiera aportar en beneficio de la salud; pero como eso es de «el gobierno», no participa; este personaje indolente y sectario (frente a cualquier grupo que no sea el de él) actúa prefiriendo no hacer nada: deleznable, absurdo y criminoso, son para mí los calificativos para quienes así piensan en el sagrado campo de la salud popular.

De los más de 39 millones que mueren anualmente en el mundo, las principales causas de mortalidad, más de 20 millones de ellas son por enfermedades parasitarias, desnutrición e infecciones, tales como la tuberculosis, las parasitosis y la gastroenteritis, y notarán los amables lectores que es en este principal renglón de muerte en que la educación y la prevención en nuestro caso local tendría una gran repercusión con simples, pero efectivas campañas de concienciación sobre medidas de higiene, el tratamiento correcto de las aguas, la adecuada cocción de los alimentos y que esos desheredados de la fortuna, puedan tener a tiempo lo mínimo en atención médica primaria para el manejo de esos procesos metabólicos e infecciosos, que si no tomamos a tiempo los correctivos pertinentes, terminan con algo que no podemos reemplazar, la vida misma.

En el segundo renglón de causas de muertes, hay una discusión en la primacía de si son los trastornos cardiovasculares, los accidentes de tránsito o los cánceres, pero sean uno u otro dependiendo de cada país, en todas estas condiciones de mortalidad, aún en los cánceres, las adecuadas campañas de concienciación tienen efectos positivos en disminuirlos. En los cardiovasculares, que nos competen directamente, la sociedad que agrupa a neurólogos y neurocirujanos preparó en las directivas de los doctores Cabrera y Rivas unas normas prácticas para el manejo de los temidos derrames cerebrales y las epilepsias, que la SESPAS pudiera difundir masivamente, como el aporte de los neurocientistas. Por igual exhortamos a todas las sociedades médicas especializadas a que preparen «cuadernitos prácticos» con los principales consejos de prevención de cada especialidad y deleguemos los derechos de autor para el bien del país. Aprovecho la oportunidad para anunciar luego de conversación con el Dr. Nelson Moreno Ceballos, que la Academia de Ciencias, en su presidencia, se aboca entre otras, como aporte a este año de la salud, a la publicación de un manual sobre los infartos tanto cardíacos como cerebrales, del que seremos su editor.

El adecuado manejo de la salud guarda una relación muy estrecha con la historia de la Medicina y de las ciencias naturales, y con pena debemos aceptar que hasta hoy esos descubrimientos de alta tecnología, ese método afortunado de la Ciencia, ese empeño casi divino de redimir al hombre de sus esclavitudes morbosas y epidémicas, es producto casi individual y aislado en minorías, y se presenta con aprehensión en el mundo científico, creemos que este año dedicado a la salud, nos da un espacio para el aporte y la participación de todos los médicos y profesiones afines, para que sean convertidos los hospitales, las clínicas, los centros privados, en sitios de gestión educativa, en verdaderos instrumentos de enseñanza y prevención en la salud.

Que se multipliquen por millares los promotores de salud, que las iglesias, escuelas, las universidades, los ayuntamientos, las juntas de vecinos, los clubes, la milicia, las empresas privadas, que incluye las clínicas, las ópticas, la industria farmacéutica en fin, todo el que pueda aportar para la educación en procura de mejorar la salud de nuestro pueblo, debe hacerlo. Proponemos la implementación de algún mecanismo efectivo y democrático que obligue a todos los programas de radio y televisión del país a pasar cuñas educativas sobre la salud por este año, en lo que respecta a prevención y preservación de ese bien, el más importante, la buena salud, y que sea asumido por todos como un proyecto de nación, creemos que es lo primordial, al margen de los «colores partidistas» que puedan tener nuestras neuronas, en este de por sí ya muy exagerado, dogmático, intransigente, y fanatizado espectro político nacional.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas