Año Escolar 2022-2023, un año lleno de oportunidades

Año Escolar 2022-2023, un año lleno de oportunidades

Elisa Elena González

Para septiembre del 2021, se habrían perdido más de 1.8 billones de horas de aprendizaje presencial desde el inicio de la pandemia en 2020, debido al cierre de los centros educativos; una cifra que todavía sigue aumentando e impactando negativamente los indicadores de eficacia y eficiencia interna en cada escuela.

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De acuerdo a la Agenda 2030 y en la meta 4.1.1 del ODS 4, referido a “la proporción de niños, niñas y jóvenes que alcanzan al menos el nivel mínimo de competencia”, República Dominicana continúa arrojando datos negativos. En los resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019): el 27.0% de los estudiantes de 3er. grado alcanzó el nivel mínimo de competencia definida en Lectura y en Matemática un 19.9 %. Para el 6to. grado un 16.4% de estudiantes se encuentra por encima del nivel de competencia mínima esperada en Lectura y en Matemática un 2.16 % de la población estudiantil.

Con esta realidad y en un contexto en el que diferentes zonas geográficas del país se encuentran en emergencia tras el paso del huracán Fiona, iniciamos el año escolar 2022-2023, un periodo en el que tendremos una coyuntura inigualable como sistema – volvemos 100% a la presencialidad- y con ello, tenemos la oportunidad de elevar significativamente la cantidad de horas de clases, implementar estrategias que nos permitan avanzar sostenidamente en la mejora de los aprendizajes, en todos los niveles y todas las áreas fundamentales.

En este año es vital tener presente, que “un niño, niña o joven que aprende y es promovido, se mantiene en la escuela”, y que esto se logra cuando los estudiantes y sus familias; la escuela y sus procesos pedagógicos; y, el compromiso y las practicas docentes se articulan y trabajan mancomunadamente con este propósito en común: Mejorando los índices de asistencia, aumentando las horas efectivas de estudio y manteniendo expectativas altas y realistas del desempeño de cada estudiante, mirándole como un sujeto individual y con talentos específicos.

La educación inicial y primaria son cruciales, son la base del desarrollo integral de nuestros ciudadanos y de la calidad de los aprendizajes, por lo que un análisis profundo de los diagnósticos de eficiencia interna de los centros, la reflexión en equipo y los abordajes a tiempo pueden hacer la diferencia.


Identificar quiénes no están asistiendo a la escuela, el ¿por qué?, determinar la tarea necesaria y accionar sobre esta para revertirlo. Ahora más que en años anteriores, tenemos la oportunidad de reenfocar la inversión financiera para lograr avances tangibles en aspectos vinculados a la mejora de los aprendizajes, reforzando con intervenciones integrales en las zonas geográficas donde los logros son menores, estableciendo una hoja de ruta clara, comprensible para todos los actores del sistema y estableciendo prioridades y esfuerzos en lo que es importante “el aprendizaje” y evitando diluir el tiempo de la escuela en acciones que no tributen a esta prioridad.

Es momento para retomar y generar las condiciones necesarias para dar cumplimiento al «Pacto Nacional para la Reforma Educativa 2014-2030», para la mejora de las circunstancias y ambientes que promueven aprendizajes. 

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