Año nuevo y zodiaco

Año nuevo y zodiaco

Con el fin del año 2013 comenzarán los pronósticos para el 2014. ¿Habrá paz en el mundo? ¿La economía de nuestro país tendrá un “repunte”? Los analistas políticos serán entrevistados en programas de televisión; se espera que ellos “adelanten” su visión del futuro económico y social de nuestro país. En el “antepecho” o frontispicio de esos programas, los periodistas harán el “resumen” de los principales sucesos del año que termina. La ceremonia habitual es “pasar raya” a los acontecimientos del pasado y, en algunos casos, jerarquizar las noticias según su importancia para la comunidad. Con frecuencia lo escandaloso prima sobre lo esencial.

Enseguida empiezan a formularse pronósticos, augurios, “profecías”, horóscopos sociales, en conexión con el inmediato porvenir. ¿Cuál político estará mejor “posicionado” para alcanzar el poder en las próximas elecciones? ¿Tendremos que sufrir terremotos o huracanes en el año 2014? A lo largo de todos los tiempos los astrólogos se han empeñado en conocer el futuro mediante el estudio de las constelaciones. Cada año se hace “la revisión” de las profecías de Nostradamus que parecen haberse cumplido; y también se intenta descifrar el sentido de sus palabras más intrincadas o enigmáticas. ¿Se desatarán guerras internacionales? ¿Veremos aparecer en el mundo nuevas enfermedades?

Hubo una época en la República Dominicana en que la influencia de Cuba era determinante. Estilos de vestir, gustos musicales, hábitos expresivos, nos venían de La Habana. A mediados del siglo XX imitábamos los programas radiales de la CMQ, nos parecían modélicas las narraciones deportivas de Rafael Rubí y Manolo de la Reguera. Los dominicanos seguían, día a día, las luchas entre los equipos de béisbol de Cuba. Almendares y Habana, Marianao y Cienfuegos, tenían fanáticos en la RD. La afición por el humorista “Tres patines” procede de aquellos tiempos.

Lo mismo ocurría con cantantes, compositores populares, bailarinas. Todos los años publicaba la revista “Carteles” las predicciones de un astrólogo con perilla, llamado el profesor Carbell. En cada signo zodiacal se consignaban, mes por mes, predicciones concernientes a la salud, el empleo, el amor, el dinero. La revista “Carteles” circulaba por todas las barberías de la ciudad. Esta revista ya no existe; pero la costumbre de hacer resúmenes y profecías quedó para siempre.

 

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