Anomia eléctrica

Anomia eléctrica

Resulta una prueba fehaciente de anomia en el sector electricidad que los gobiernos de los tres partidos dominantes, aunque hoy hay solo dos y el PRSC ha reducido a su condición de bisagra, no hayan sido capaces de superar el problema de suministro eléctrico estable al país.

Existen dos escollos graves que empezó a dificultar el presidente Leonel Fernández cuando en su período 96-00 formalizó acuerdos eléctricos en Madrid,  España, que el presidente Hipólito Mejía embrolló aún más, sin que el actual gobernante se atreva a proponer modificar algunos artículos, no anularlos, podría acarrear percances a nuestro país y que indeseamos.

El segundo es la manifiesta incapacidad de todo el sector eléctrico, llámese CDEEE, Superintendencia de Electricidad (¿para que existe?) y las famosas EDES, innecesarias y odiosas, en no terminar de incorporar a todos los usuarios que aún hurtan el servicio y los pejes grandes que lo calimochan.  Es inadmisible que el contribuyente tenga que subsidiar a una institución anómala con US$470 millones ó RD$l5 mil mm este año, cuando ese valor podría aplicarse a construir una turbogas.

El reportaje del calificado reportero de Listín Jairon Severino, de gran calidad profesional, del día siete del presente mes, es tétrico con aportar la cifra del párrafo anterior añadiendo que en los últimos seis años, los gobiernos del presidente Leonel nos han obligado a los contribuyentes a despilfarrar US$4,00 millones en subsidios al sector eléctrico, es decir, unos RD$200 millones una barbaridad, un sacrilegio, una demostración palmaria de ineficiencia administrativa, gubernativa y política.

Con todos esos recursos aplicados correctamente, bien hubiese podido construir un parque energético para venderle energía a Haití y conectar un cable hacia Puerto Rico, no al revés como se ha mencionado, de comprarle energía la isla del Encanto. Radhamés Segura y Celso Marranzini son dos bluffs.

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