Anselmo Paulino

Anselmo Paulino

[b]Señor director:[/b]

En reciente artículo con el título «me matan hasta mis biznietos», el licenciado Roberto B. Saladín Selin relata con mucho acierto las causas por las cuales don Anselmo Paulino Alvarez, el otrora brazo derecho del dictador Trujillo cayó en desgracia política con el «Jefe» y tuvo la suerte de salvar su vida al ser desterrado.

Esa historia es muy cierta porque quien suscribe conoció esas interioridades de don Anselmo en ocasión de una amena y larga reunión que sostuvimos en su casa de París, siendo él embajador dominicano hace unos 30 años.

En la ocasión lo visitamos el señor Rubén Cortinas, el entonces síndico de Santo Domingo Juan Rafael Estrella Rojas (e.p.d.) y el firmante, a la sazón ayudante administrativo de la Sindicatura.

Parece que se despedía del mundo de los vivos (murió un mes después), porque la visita se convirtió en agradable peña y el anfitrión abrió sus archivos y nos mostró documentos y fotos de su historia y anecdotario como el más importante y eficiente servidor de Trujillo en su época.

Una de esas fotos estaba marcada como su desgracia política: caminaban el Jefe y don Anselmo, ambos con bicornio y luego, en ese orden, su hijo Ramfis. Doña María no perdonó que Ramfis estuviera al lado de don Anselmo sino que le correspondía estarlo de su padre y se rebasó la copa de su discordia obligando al Jefe a romper la soga por lo más delgado porque, o se perdía la «armonía» de su familia o se iba el hábil y astuto don Anselmo, imponiéndose el exilio de éste.

Yo no desperdicié la oportunidad de la pregunta: ¿Usted narraría sus memorias? Sin pensarlo contestó: «Si escribo mis memorias no viven mis parientes». No es la misma expresión dicha al articulista licenciado Saladín, pero se pueden deducir las mismas consecuencias.

No olvidaré jamás esa larga e histórica reunión. Aspiro a ser de los primeros lectores, en caso de que aparezcan esas memorias.

Agradezco su atención al publicar esta carta.

Doctor César R. Concepción Cohén

Andrés Nemeth

[b]Señor director:[/b]

En la ciudad de Santo Domingo, capital de nuestra República Dominicana, muchas de sus avenidas y calles llevan el nombre de fechas como gestas de importancia y trascendencia para la nación misma.

También, otras tantas llevan el nombre de ciudadanos que -en vida- hicieren aportes valiosos. Bien, a la República misma. Bien, a las comunidades en donde se desenvolvieren.

Así podemos hacer mención de las avenidas y calles: 27 de Febrero, 19 de Marzo, 30 de Marzo, Palo Hincado, 16 de Agosto, 30 de Mayo, 14 de Junio.

Así podemos hacer mención de las avenidas y calles: Juan Pablo Duarte, Ramón Matías Mella, Francisco del Rosario Sánchez, Gregorio Luperón, Dr. Tejada Florentino, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Salomé Ureña, Pedro Henríquez Ureña, Max Henríquez Ureña, Josefa Brea, Benito González, Benito Mención, José Contreras, Pepillo Salcedo, Enriquillo, Caonabo, Anacaona, Luis Manuel «Tunti» Cáceres, Amado García Guerrero, Julio de Peña Valdez, Winston Arnaud, Víctor Garrido Puello, Gustavo Mejía Ricart, Enrique Jiménez Moya, Concepción Bona, Padre Billini, Padre Castellano, Hatuey, Rafael Augusto Sánchez, José Amado Soler, Antonio de la Masa, Roberto Pastoriza, Pedro Livio Cedeño, Emilio Morel, Emiliano Tardiff. Y otras tantas.

La Fundación Padre Andrés Nemeth, desde el año 2002, por ante la Cámara de Diputados, ha venido reiterando una única petición.

¿En qué consiste la misma?

Consistente en solicitar de los señores diputados el que sea designado con el nombre de Padre Andrés Nemeth, el tramo de la calle Pimentel comprendido entre las -también- calles París y Eusebio Manzueta, de la capitalina barriada de Villa Consuelo.

En ese hemiciclo cameral reposaba un anteproyecto de Ley en tal propósito. El cual fuere elaborado tanto por el -para ese entonces- Diputado Héctor Aristy así también por el -hoy Presidente de ese hemiciclo- Diputado Alfredo Pacheco.

Si bien es cierto que es, esa, una iniciativa de la citada Fundación. No es menos cierto el que, tal iniciativa, cuenta con el visto bueno, apoyo y respaldo de los moradores residentes en el ante señalado tramo de calle.

Hago mía esa iniciativa. Y por esta vía, invito al Diputado Alfredo Pacheco a un retomar ese anteproyecto de ley.

Y en tal virtud, en el menor plazo de tiempo posible, en la presente legislatura, reintroducirlo. Y, someterlo en una de las sesiones más próximas de ese hemiciclo.

A los fines de que, contando con la aprobación de sus demás colegas Diputados, sea sancionado como aprobado. Vale decir, convertido en ley.

Ojalá fuere, sí, para este 4 de marzo. Fecha, esta, en que se cumplirá un aniversario más del fallecimiento de ese sacerdote de la congregación religiosa salesiana.

Haga suya esa invitación, Diputado Pacheco.

Atentamente,

José Manuel Vargas González

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