Ansiedad de succión

Ansiedad de succión

La “succión no nutritiva” es la denominación académica del conocido chuparse el dedo, succionar el chupete u otro objeto. Responde en el inicio a reflejos normales ya presentes desde la vida intrauterina (entre las 13 y 16 semanas de embarazo) y el primer año de vida del bebé.

La succión del pulgar forma parte de la fase oral del desarrollo psicológico, permitiéndole al niño vivir sus propias experiencias y conocer el mundo que le rodea. Es por lo cual en esta fase los niños exploran con la boca, ya que es la zona donde tienen más sensibilidad; de manera que chupan y muerden todo lo que encuentran. El 80% de los bebés se chupan el dedo, y suelen empezar a hacerlo alrededor de los tres meses, y la necesidad de hacerlo es muy alta hasta los seis meses.

En general suele inferirse que este hecho en el lactante corresponde a alteraciones de la lactancia, como la percepción de tensión durante la mamada ante la incomodidad de la madre al dar el pecho. Luego del año de vida, cuando desaparece la succión como reflejo, representa un acto de compensación frente al miedo, inseguridad o falta de adaptación al medio circundante.

Si su bebé tiene gran necesidad de succionar, lo que vendría siendo una ansiedad de succión, intente suplir esa sensación placentera sustituyéndola por otro estímulo oral, un bobo o chupete, lo cual le significará ciertas ventajas, pues aunque esto llegue a convertirse igualmente en el sustituto del pecho materno o del biberón tibio y dulce que le permite relajarse, entretenerse, sentirse seguro o simplemente, conciliar el sueño, es algo que puede ser controlado y manejado más fácilmente por usted a medida que el niño vaya creciendo.

Chuparse el dedo es una respuesta muy normal de los niños pequeños a la ansiedad y estrés, la mayoría de los niños lo hacen cuando están cansados, es una forma de relajarse y calmarse; y también lo pueden hacer cuando se aburren o están enfermos. Se considera que la mitad de los niños que tienen la costumbre de chuparse el dedo.

Finalmente, cabe mencionar que si el hábito de chuparse el dedo se presenta, o regresa, después de los cinco años de edad, o incluso en la adolescencia, la causa generalmente es que el chico tiene algún conflicto emocional, como la separación o constantes peleas de los padres o la llegada de un nuevo hermano. Lo indicado en estos casos es recurrir a ayuda de un psicólogo o psiquiatra, a fin de recuperar la estabilidad del afectado.

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