Nunca antes en la historia reciente del país había surgido un brote de violencia generalizado como el que está sucediendo, quebrantando el sosiego y la tranquilidad pública de la nación, a todos los niveles.
Desde el pasado mes de diciembre y comienzos del presente año se vienen registrando hechos delincuenciales estremecedores como el vulgar y alevoso asesinato, en un punto de drogas, del coronel comandante policial de Baní, Daniel Ramos Álvarez, en una acción desafiante y extraña.
El cuádruple crimen del municipio de Guerra, con características mafiosas o del sicariato, la muerte a balazos de la joven pareja, por supuestas rencillas personales, la ejecución en un batey de La Romana de tres hombres, dos de los cuales fueron totalmente quemados.Igualmente, la muerte de Domingo Evangelista Bretón Martínez, hermano del arzobispo de Santiago, Freddy Bretón Martínez, ultimado a puñaladas para robarle su motor.
Los asaltos, robos, secuestros y hechos de ratería que se producen a diario, la muerte de un agente penitenciario en Santiago, y otras operaciones vandálicas, incluyendo el homicidio de un joven en un centro de diversión, los tres del Simón Bolívar, constituyen una cadena de hechos trágicos que tienen que ser frenados por las autoridades que están acorraladas.
El director de la Policía Nacional, mayor general Ney Aldrín Bautista Almonte, tuvo que reaccionar ante el anuncio de los avicultores de Moca de que van a establecer patrullas civiles para contrarrestar los robos y asaltos a sus propiedades.
¿Qué ha pasado con el general Frener Bello Arias, un oficial muy recto y responsable, con vasta experiencia en el combate del delito y fama de ser insobornable, por qué no se le llama para enfrentar con energía esta avalancha delincuencial? El Presidente Danilo Medina tiene la palabra.