Ante la AIRD

Ante la AIRD

La Asociación de Industrias fue escenario esta semana de la presentación de las propuestas del ingeniero Hipólito Mejía a la nación.

El escenario estaba montado, el licenciado Danilo Medina también expondría sus propuestas.

La Asociación de Industrias había organizado el almuerzo para que ambos candidatos hablaran sobre los mismos temas, respondieran las mismas preguntas, además, lo harían por escrito.

Establecidas las reglas de juego quedaba una decisión por adoptar: cuál de los candidatos hablaría primero. Realmente no importaba el orden pues ambos tenían el mismo cuestionario y la misma cantidad de preguntas a responder.

Alguien tuvo la idea de que se balotara para decidir quién hablaría primero. Resultó ganador el licenciado Medina.

Luego del almuerzo,  el candidato del Partido de la Liberación Dominicana fue introducido, se acercó al podio y comenzó su perorata.

¡Había llegado la hora del debate¡ La Asociación de Industrias lo había propiciado. Igual número de preguntas y las mismas preguntas para Hipólito Mejía y Danilo Medina.

Danilo había pregonado su deseo de encontrarse de frente con Hipólito.

En su ríspida campaña Medina se había montado sobre todas las propuestas que durante más de un año han sido analizadas, ponderadas y expresadas por Hipólito Mejía.  Desde su postulación anda a la zaga de Hipólito.

El rostro del licenciado Medina se veía sombrío, la mirada sumergida en un texto que leyó de manera errática, sin levantar los ojos del escrito y  con una desgana y una falta de brillo que desdice mucho de un candidato presidencial que hasta la víspera estaba braveando y clamando por un debate con el candidato del Partido Revolucionario Dominicano.

Ya el domingo, el PRD había dado la más grande demostración de fuerza y respaldo popular de la historia política nacional al llevar a cabo 50 exitosas marchas caravanas simultáneas en todo el país.

Con ese telón de fondo habló Danilo. Tremenda encrucijada: el debate y la pela de las 50 marchas. Desde que se levantó se vio la diferencia entre un Danilo apagado, sombrío, dubitativo y un Hipólito candidato presidencial que sabe lo que quiere, que conoce lo que necesita el pueblo y que tiene respuesta a los requerimientos de la hora en la República Dominicana.

Con palabra precisa, clara, dirigiéndose al público presente y a los televidentes, el estadista que es Hipólito Mejía explicó, desmenuzó, propuso y demostró que conoce lo que tiene que hacer y sabe cómo hacerlo.

Entonces se desmoronó la campaña vociferante del candidato peledeísta.

Corrieron presurosos, a buscar cómo intentar virar la tortilla con la que se quemó Danilo y trajeron a Margarita, pero ese es otro capítulo de una candidatura que no pega una, que no vence ni convence. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas