Ante la posible resistencia al voto

Ante la posible resistencia al voto

Es una lástima que por el desencanto que producen determinadas  acciones políticas, con razones o no, una parte de  la sociedad se manifieste  resistente a votar en las elecciones congresuales y municipales el próximo 16 de mayo, que serán las últimas que se celebren en período de medio término, por lo menos mientras no se realice otra reforma constitucional.

Y digo que es una lástima, porque  lamentablemente se le podría dar  paso a una situación que luego pudiera resultar mucho peor de lo que podamos suponer, si no se logra la integración de un Congreso equilibrado que impida nuevos atropellos constitucionales, aunque en su composición total éste pudiera no ser el que merecemos y anhelamos los dominicanos.

Lo ideal no es lo que normalmente se logra, mucho menos cuando las cosas  dependen de voluntades  con diferentes niveles de formación, pero aún así, es preferible correr el riesgo de que se pueda colar algún legislador que no reúna las mejores condiciones morales y conductuales, a que un solo partido pueda mantener en vilo la institucionalidad y todo dependa de un solo criterio, que no siempre está orientado a los mejores intereses.

La equidad obligaría a los integrantes del poder legislativo, no solo  a cuidar más sus acciones frente a la sociedad, sino  a transparentar los proyectos que se sometan, lo que en definitiva irá en beneficio de todos, de los que voten y los que se abstengan. Porque de lo contrario ocurrirá lo mismo pero a lo inverso, que los perjuicios del desequilibrio democrático irán en contra de los que sufraguen como de los abstencionistas.

Si aspiramos a vivir en una sociedad mejor, debemos ejercer el derecho al voto, por encima de cualquier mala acción oficial, de la Junta, de los partidos y de los propios candidatos, porque solo empujando y obligando al equilibrio democrático e institucional, podremos esperar que las cosas mejoren, ya que la historia ha demostrado que los desbalances solo benefician determinados grupos, mientras la mayoría de la población sufre los efectos negativos de los errores.

Ojalá se pudiera crear una fórmula en que la gente pueda ejercer el voto válido, aún evidenciando su inconformidad. Una vía que les permita a los ciudadanos votar, no porque les complazca plenamente la totalidad de los candidatos sino para que se entienda que tiene que mejorar.

Una especie de voto crítico, pero que les brinde la oportunidad a los que así piensen, desahogarse democráticamente, votando en contra de la forma como se hace política, pero a favor  de un sistema que debe mejorar.

Marcando  los candidatos o candidatas, pero dejando una señal de protesta que no invalide su voto.

Si así se estableciera, al realizar el conteo final la Junta tendría que informar que tal o cual cantidad de ciudadanos votaron validamente, pero dejando evidenciada su insatisfacción,  y eso se lograría, permitiendo que se ponga una cruz o equis en la parte arriba de la boleta. Tan sencillo como eso.

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