Ante las críticas, Hollande promete «resultados» para segundo año de su presidencia

Ante las críticas, Hollande promete «resultados» para segundo año de su presidencia

Paris. AFP. El presidente francés, François Hollande, prometió que el segundo año de su presidencia será el año de los «resultados», durante una reunión con sus ministros, al cumplirse hoy el primer aniversario de su elección, marcado por los malos resultados económicos y una impopularidad récord. 

«Lo que se ha hecho desde hace un año es consistente, y lo que queda por hacer es considerable», señaló Hollande al gobierno, reunido en el palacio del Elíseo, en una declaración introductoria transmitida a la prensa.  

«El año que viene será el de los resultados», afirmó, y anunció que el primer ministro, Jean Marc Ayrault, presentará en las próximas semanas un plan de inversiones para los próximos 10 años destinado el sector «digital, la transición energética, la salud, las grandes infraestructuras y de forma general, las nuevas tecnologías».  

«Las reformas que se han iniciados van a cambiar el rostro de Francia. Profundamente. Pero, requieren tiempo, para dar su plena medida», advirtió, a la vez que aseguró entender «el escepticismo de los franceses».  

El presidente francés también hizo referencia a las «oposiciones» que enfrenta, «duras, brutales (…) a veces incluso en la calle».  

Ayer decenas de miles de manifestantes desfilaron en París, convocados por el tribuno de la izquierda radical Jean Luc Mélenchon, para protestar contra las «promesas traicionadas» de los socialistas en el poder y reclamando «que cambie realmente». 

En paralelo, miles de opositores al matrimonio entre homosexuales, que no se rinden pese al voto definitivo de la ley en el Parlamento, salieron a las calles de las grandes ciudades de Francia.  

Atacado tanto a su derecha como a su izquierda, calificado de persona «sin color, sin olor y sin sabor» por la responsable de la extrema derecha Marine Le Pen, François Hollande bate todo el récord de impopularidad, en solo un año en el poder y en un contexto de desempleo récord 10,6 por ciento y de crecimiento estancado. 

Además, la imagen de la República «ejemplar» que pretendía poner en marcha ha sido seriamente dañada por la confesión del exministro de presupuesto, Jérôme Cahuzac, sobre su cuenta bancaria escondida en el extranjero.  

«Un año después de la elección de François Hollande, Francia vive en una crisis política, economía, social, moral», observa hoy el diario de izquierdas Libération. 

«Algunas torpezas»  En este contexto, no hay prevista ninguna celebración del aniversario del seis de mayo de 2012, cuando la izquierda volvió al Elíseo por primera vez desde la salida de François Mitterrand en 1995.  

Los ministros, que participaron este fin de semana a un encuentro de los Jóvenes Socialistas en Soustons, suroeste, indicaron el camino a seguir al evitar cualquier ejercicio de autosatisfacción.

Hasta el punto que el diario conservador Le Figaro considera que «el PS se esconde en su primer aniversario». 

«La clave del éxito es la coherencia» de la acción gubernamental, subrayó François Hollande.

Un toque de atención de su gobierno tras un nuevo desacuerdo ocurrido la semana pasada entre el ministro de Finanzas, Pierre Moscovici, y el de la Recuperación Productiva, Arnaud Montebourg, sobre la posibilidad de compra de Dailymotion por parte de Yahoo!.  

«Hay que seguir acelerando, acentuar, impulsar más», declaró Jean Marc Ayrault la noche de ayer en la cadena de televisión TF1.  

A la vez que reconoció algunas discordancias en el seno del ejecutivo, el primer ministro aseguró que a pesar de las críticas, el «rumbo está determinado».

«El rumbo se mantiene aunque pueda haber algunas torpezas», aseguró.  

Preguntado sobre la posibilidad de un cambio de gobierno con un equipo más restringido de una veintena de ministros, el primer ministro se mostró enigmático.

«Cada cosa a su tiempo», respondió, aunque recordó que se trata de una decisión que corresponde al jefe de Estado.

Las ambiciones no faltan: Jean Luc Mélenchon se declaró «candidato a Matignon», pero para aplicar «otra política». Y el centrista François Bayrou pide un «acuerdo de unidad nacional», limitado en el tiempo, entre «los reformistas republicanos de los dos bandos», derecha e izquierda, para levantar el país.

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