El secuestro y asesinato del comunicador José Silvestre, ejecutado ayer por individuos que se movilizaban en una yipeta, deberá ser investigado hasta las últimas consecuencias, para determinar todas las responsabilidades habidas y por haber.

Ante un hecho como este y tomando en cuenta los intereses a que estaba enfrentado Silvestre, por las denuncias  que hacía a través de su programa “La voz de la verdad”, no debe quedar oculto ningún detalle que pueda conducir a los orígenes de la trama.

Cada vez con más frecuencia en el país se cometen crímenes a la usanza de mafias que no tienen reparos para suprimir vidas.

Silvestre fue secuestrado y herido de bala a plena luz del día y los individuos actuaron como si no les importara la presencia de testigos.

Su cuerpo sin vida, con un disparo adicional en la cabeza, fue encontrado poco tiempo después en la comunidad El Peñón, en la carretera entre La Romana y San Pedro de Macorís.

La Procuraduría General de la República, auxiliada por  la Policía, ha abierto una investigación sobre este suceso horroroso.

Aspiramos a que, sin descartar hipótesis,  en pocas horas las autoridades puedan tener información  concluyente sobre las circunstancias del crimen.

El país bajo emergencia

La trayectoria de la tormenta Emily nos amenaza con abundante lluvia y fuertes vientos y oleajes.

Bajo esas circunstancias, las autoridades del Centro de Operaciones de Emergencia han hecho lo que corresponde.

Una de las medidas necesarias en estos casos es la evacuación de personas que habitan en lugares bajo riesgo de inundación, derrumbes o penetración de las aguas del mar.

 La gente debe brindar toda la cooperación necesaria a las autoridades, en el entendido de que sus acciones procuran evitar tragedias.

No debe haber resistencia a la evacuación u otras operaciones de protección.

La cooperación de los ciudadanos con las autoridades es una herramienta valiosa para poder mitigar los daños que puedan desencadenar  las fuerzas de la naturaleza