La colocación de una antena telefónica en la azotea de un condominio de la urbanización Las Praderas ha causado problemas a la mayoría de los condómines que objetan el contrato que amparó la instalación porque fue suscrito unilateralmente por un solo dueño de los apartamentos sin consultar a los demás.
La mayoría de los propietarios ha perdido el uso de la azotea, que debe ser común, además de que la señal radioeléctrica de la repetidora colocada en su techo causa interferencias y genera ondas que se consideran dañinas a la salud. El problema fue denunciado por condómines del edificio 13 del residencial Praderas del Parque II, avenida Estancia Nueva de Las Praderas. El caso fue denunciado a varios organismos.