Antes de que llegues Salomé (1ra parte)

Antes de que llegues Salomé (1ra parte)

Mi estado de ánimo, emocional, mental, físico, debo mantenerlo estable para que nada te afecte mientras estás en mi barriga. A veces me dan ganas de subir la voz más de lo normal (tengo el timbre alto, en este caso me refiero a gritar), me ataca la ansiedad, me pongo triste por cosas tan tontas como romper un vaso en el fregadero, no poder dormir bien en las noches porque me duelen las caderas o la espalda, o simplemente porque las noticias de ese día me resultan repetitivas y molestosas. Estar embarazada es el único estado de locura que puedo decir que conozco hasta ahora; es divino pero a la vez incontrolable.

Me asusta mucho no saber qué pasará, qué día llegarás, que si todo saldrá bien, que si no me voy a caer, que si no me van a chocar, que si tendré parto natural o podría ser cesárea si algo se complica, que si te lactaré correctamente, que si la depresión post parto me puede atrapar, que si te cargaré sin hacerte daño, que si me asustaré con tu primer baño, etc. Tanta información, tantos consejos, tanto leer, nos tiene a tu padre y a mi con la cabeza loca, pero sabemos que todo va a salir bien y que la naturaleza no nos abandonará: se activarán todos los instintos y sabremos qué hacer cuando estés aquí pequeña guerrera.

A mis 39 semanas me siento mucho más lenta que el segundo trimestre, y ya me siento vulnerable en muchas circunstancias. Me destrozaría saber que puedo hacer algo que te haga daño y esa sensación supongo se agudizará con el tiempo. Me siento muy agradecida de que, aparte de las ganas de gritar una vez al mes, mi embarazo ha sido maravilloso; ahora más pesado, pero hermoso.

Te hemos llamado Salomé no solo por su significado de paz y armonía, sino porque en la historia de tu patria una mujer lo llevó con orgullo y altura, y su vocación y dedicación llevó a muchas mujeres a comprender que eran parte fundamental del desarrollo de su sociedad y que era ineludible educarse para ello. Esa Salomé, con sus letras fue capaz de despertar el patriotismo de los corazones derrotados por las teorías anexionistas. A ella deberás conocerla, leerla, analizarla y sobre todo valorar sus huellas. Pero recuerda: no tienes que ser ella ni como ella; tu eres una isla aparte de todos los que te rodean, pero al mismo tiempo parte clave de esta gran aldea que es la humanidad. Descubre tus talentos, tus intereses, tus pasiones, y cultiva compromiso social. Donde quiera que te encuentres, irradia luz que refleje en todos los cristales tus valores, tus principios, y tu amor por todo lo noble y vulnerable.

Pero antes de que llegues Salomé, hay muchas cosas que quisiera poner en orden y no sé si eso sea posible. Quiero poner orden en la casa, pero la casa más grande: el país. Tu patria, tu sociedad, tu lugar en esta tierra. Nuestra casa ya está preparada para tu llegada y ese será tu nido de amor; a la otra le faltan muchas cosas aún.

¡Ay Salo! Nacerás en medio de una coyuntura social, política y económica, tanto nacional como internacional, bastante compleja. En este momento de la historia de nuestro país muchas cosas se redefinen y hay demasiado por hacer. Pero es importante que entiendas y promuevas que las transformaciones socioculturales solo pueden darse si TODOS y TODAS participamos, opinamos y las impulsamos. La voz de todos juntos es siempre más alta que la de algunos.

Tu abuelito me escribió una carta sobre el amor a la humanidad y el compromiso de todos para hacer de este mundo uno mejor y más hermoso: esa carta la llevo siempre en mi corazón, y prometo leértela tantas veces sea necesario. Él escribió lo mucho que le interesaba que descubriéramos y aprendiéramos a escuchar nuestras consciencias como un espacio existencial donde podemos conectar con el planeta tierra que es nuestro hogar. Él quiso y quiere que entendamos que donde hay amor nada faltará y que la honradez no es un producto mediático ni un ropaje ni una pose. Sus miedos, preocupaciones y deseos son los mismos que hoy comparto como madre primeriza.

Ahora no te darás cuenta de muchas cosas: aprenderás a imitar gestos, sonreír, estirar tus extremidades, ser atendida, mimada, y llorar cuando algo te pase o falte. Pero ya tendré tiempo de enseñarte muchas cosas y que tu me enseñes a mi más. Estoy fascinada con la idea de ser esclava de tus movimientos y que tu papi y yo seamos protagonistas de la película de tu vida, sin villanos permitidos en el cast.

Llegarás y crecerás buscando respuestas a tu alrededor; tu papá y yo trataremos de investigar contigo, pero la mayoría tendrás que buscarlas fuera y dentro de ti. Cuestiona, aprende y resiste sobre las verdades que pretenden ser absolutas, pero sobre todo, respeta la opinión de los demás por encima de todas las cosas. Esto último no es tarea fácil cuando sientes firmeza en tus convicciones. Pero si expresas tus ideas con pasión, encontrarás quienes se identifiquen con tu modo de pensar; otras, no lo harán, pero eso hará ricas tus conversaciones.

Por último, no me juzgues cuando me escuches decir: “lo entenderás cuando seas grande”. A mi también me molestaba cuando mami me lo decía. Es que es cierto que solo el tiempo, las etapas y las vivencias te hacen entender (o aceptar) las cosas que pasan día a día.

Te amo desde antes que pensaras existir y tengo la tarea más difícil de todas: superar el impecable trabajo de mi madre (tu abuela) que tanto amo y que cada día que pasa entiendo y respeto más. Ya lo entenderás (bis).

 

Con amor y ansias de conocerte,

 

Tu mamá.

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