El inusitado guión que pretende aceleradamente embarcar nueva vez a la nación en un proyecto de reforma constitucional es tan objetable por unilateral e inoportuno como el que recientemente colocó en desasosiego a la opinión pública, crispando incluso a la comunidad internacional. Voces que emergen por distintos frentes «preocupadas» por la separación de elecciones establecida para desalentar el personalismo presidencialista y caudillesco que desfigura el ejercicio del voto. Se pretende superfluamente avanzar por una ruta excluyente e históricamente fuera de lugar solo para cambiar fórmulas electorales con un sentido de urgencia traído por los cabellos; además de rehabilitar antes de tiempo un derecho a ser elegido para lo cual no debe reincidirse en alteraciones sin consenso y con desprecio a lo esencial de la Constitucion q ue es estar alejada de mutaciones gelatinosas.

Caen al promover modificaciones constitucionales al vapor en el mismo desprecio al rigor de las formalidades que merece la institucionalidad y que ha colocado a este país en primeros lugares del historial de agresiones acomodaticias orientadas a imprimirles perfiles de conveniencia episódica a las normas constitucionales, con el agravante de impulsar la iniciativa en un ahora dominado por el compromiso nacional, absorbente y prioritario, de elegir autoridades bajo un esquema que ya adquirió su configuración y dados los primeros pasos.

Gran aporte a la salud

Al margen del sentido figurado a que se recurre con ella, la sangre debe estar disponible siempre para llenar cruciales déficits de los cuerpos humanos; nueva como la adjetivan para fines políticos, pero acopiada con diligencia y nobleza (no como mercancía ordinaria) para proteger la salud y la vida a todo el que la necesite.
Función social maravilla es con la que nace el «Hemocentro Nacional» que abastecerá confiablemente al sistema hospitalario del tejido vital de forma líquida sin el que los pacientes pierden toda esperanza; evitando desasosegantes búsquedas por lugares inciertos. Su aparición como obra de Estado debe incentivar la mutualidad entre ciudadanos a través de donaciones (hoy por ti mañana por mí) sin mirar a quien para que la sangre nutra siempre el suministro ya estatuido.