Anthony Ocaña: “La música dominicana vale y yo me alimento de ella”

Anthony Ocaña: “La música dominicana vale y yo me alimento de ella”

MADRID.- A las 7 de la noche la Plaza del Callao es un hervidero humano. Allí confluyen los que se dirigen a las distintas salas de cine y los que se encaminan a la emblemática Gran Vía y los que prefieren a Fuencarral. No sé si es un buen lugar para encontrarse, pero fue allí donde quedamos de juntarnos con Anthony Ocaña, el guitarrista dominicano que a ritmo de jazz se abre espacio en esa ciudad en la que la comida es una fiesta y la música un ritual.

Fuimos en compañía del diseñador dominicano Robert Flores y de la joven comunicadora Carolina Féliz, domingo (santo) de noche, a conversar con el joven artista, con quien habíamos conversado en el país en ocasión de su presentación junto al brasilero Egberto Gismonti.

Queríamos su versión de las cosas como artista dominicano que estudia y trabaja para echar hacia delante su proyección personal desde la capital del español en Europa.

Desde la Internet habíamos recibido y reseñado algunos de sus conciertos y cuando llegamos, comprobamos que está haciendo más y que ya está actuando en algunos clubes para especializados.

Nos invitó a un café con leche en su apartamento a menos de una cuadra de allí y con él fuimos primero a un minimarket chino –por leche él y algunas cervezas nosotras– y luego a su apartamento. Mientras caminábamos abrigados por esas calles que disfrutan de la fuerte brisa mientras esperan la primavera, nos fue enseñando los carteles –con su foto– que informaban de su próxima actuación.

Al llegar al apartamento de Anthony nos encontramos con la naturaleza de un hombre solo. Su lap top abierta y encendida en la mesa del comedor. Dos grandes pinturas del maestro Oviedo y entre sus libros y discos algunas figuras del sincretismo religioso dominicano. Nos invitó a sentar, fue a colar café y mientras tanto nos dejó envueltos en las notas de su próximo disco, en el que le colabora, nuestro reconocido y querido percusionista Guarionex Aquino.

Después que trajo las tazas con la prometida combinación, conversamos un poco sobre todo y solo cuando Robert Flores le preguntó por las imágenes de San Miguel, la Virgen y el Divino Niño frente a nosotros que estábamos comodamente estacionados en los muebles de su sala.

Le contestó repitiéndo la pregunta “¿A qué se deben mis aficiones espirituales? Yo no soy nada de religioso, lo que ves ahí son símbolos de santería, porque yo sí le tengo mucho aprecio a dos cosas, la Semana Santa de aquí es impactante y yo comencé a coleccionar esas postales cuando yo fui a Málaga hace como dos semanas santas…”

Nos explicó que sus estudios sobre sincretismo se iniciaron en República Dominicana por su interés en los ritmos dominicanos “de los gagás, de la santería, esto, lo otro. Buscando los discos…” y que como no vive con nosotros, cuando está un par de semanas en el país lo que hace es investigar nuestras raíces musicales algunas veces de la mano de especialistas como José Guerrero y otras oyendo cosas tan bien hechas como el disco del grupo Marassá.

P: ¿O sea que es más fácil conocer y querer la música dominicana estando fuera que estando dentro?

R: “Tú sabes que hasta cierto punto sí, porque yo estoy hasta tocando bachata, de la música dominicana, yo creo que la que más me gusta es la bachata y que en algunos temas se siente”.

P: ¿Qué le falta y qué le sobra a la música dominicana para tener vigencia y presencia a nivel internacional?

R: “Le falta insistencia, le sobra todo. Porque es una música que emociona, hay cosas muy tristes… lo tenemos todo, desde ir a un salón de baile a sudar y a bailar hasta sentarte a escuchar y llenarte de emociones”.

Pero considera que esto no es suficiente y que nuestros ritmos necesitan vendedores, porque no basta con darle a play y sentarse a escucharla, sino que es necesario conocer de dónde vienen y cómo se forman nuestras emociones “lo que nos viene de Africa”.

P: Yo siempre he tenido la percepción de que uno de los problemas que ha tenido nuestra música es que no la hemos aceptado en todas sus manifestaciones y que bloqueamos una a favor de otra. Las grandes músicas latinoamericanas –Brasil y Cuba son el resultado de una aceptación de sus influencias…

R: “Claro, sí. Pero depende. Fefita la Grande, es verdadera. La auténtica grande. Juan Luis Guerra, en un momento… Si uno se pone a investigar fuera de lo que está pasando en la Zona Colonial –dependiento de qué parte y qué concierto vayas a ver es un círculo muy cerrado, vamos a encontrar muy pocos artistas que han defendido nuestra cultura, nosotros somos mitad Africa y mitad España y Europa”.

Señala como una herencia española los palos de ida y vuelta. Que fueron de aquí y en el Caribe se cambiaron y volvieron aquí “tras su encuentro con los indios, luego la esclavitud que vuelven a España transformados”.

Dice que lo que nos falta a los dominicanos es tener “más orgullo por nosotros mismos” y defender el hecho de que nuestra música vale tanto como la española y como las de otros países que tienen muchos valores musicales.

Considera que la mejor relación que ha tenido España con la música dominicana fue con Juan Luis Guerra “y si se hubiese mantenido ese lazo en ese momento determinado fuera otra cosa la música dominicana”.

[b]Anthony en Madrid, aprendió mucha vida[/b]

Continuamos conversando con el joven artista dominicano Anthony Ocaña en su apartamento de Madrid acerca de su trabajo y de la música dominicana.

Quisimos saber cuál es su estrategia para hacerse un lugar en la movida de Madrid: “en mi caso, mi música personal que es una música bastante única”.

Refiere que en Madrid existe un mercado para la música que él hace y que aunque existen mercados similares para otras músicas él tiene su espacio.

Afirma que está teniendo una respuesta “bastante positiva” del público y que en la medida que va dando conciertos “veo que al público le va gustando, va repitiendo, va llevando otras personas y poco a poco se va a armando esta propuesta.”

P: La presencia que tiene Michel Camilo en el mundo del jazz, ¿qué tanto te marca y te ayuda?

R: “A Michel Camilo en el lado personal yo siempre le he enseñado mi música y siempre me ha dado muy buenas críticas de ella. El es un ejemplo de trabajo, aparte de poseer una música que va dentro del jazz latino y que tiene que ver mucho con la República Dominicana, que está ubicada en el Caribe y que tiene una música que no está lejos de la música cubana y dentro de esto él ubicó los orígenes de su propuesta”.

“Yo admiro mucho a Michel Camilo, porque ha sido un ejemplo de insistencia, de tener un mensaje que llevarle a un público. Ha hecho una música que sí que se estila mucho en el jazz caribeño pero siendo hasta un poco comercial, dentro de lo que es el jazz tiene base, tiene fondo y tiene forma y su manejo del público y como profesional es un buen manejo. No se equivoca ni mete la pata porque está constantemente aprendiendo de sí mismo y es ahora cuando alcanza lo máximo, está en la cima de su carrera”, explica.

Dice que en el caso de Michel Camilo el éxito no lo alcanza porque se fue de su país y pone como ejemplo el caso de Juan Luis Guerra, Chichí Peralta y Gonzalo Rubalcaba que se hicieron de un nombre viviendo en República Dominicana, “esto no se trata de vivir o no vivir en República Dominicana, esto se trata de que hay que tener una visión, hay que querer, buscar un mercado, hay que ingeniárselas para encontrar ese mercado, hay que trabajar y hay que tener un mensaje muy claro y hay que tener una voz”.

P: Y tu voz, ¿crees que no iba a ser lo suficientemente estridente dentro de la isla?

R: “Te digo la verdad, si yo hubiese estado viviendo en la isla yo hubiera hecho el mismo esfuerzo que estoy haciendo aquí, lo hago allá como un dominicano más, con Guarionex Aquino, Sebastián Lerner, Esar Simó, Isidro Bobadilla…”

P: ¿Qué tiempo tienes aquí y qué es lo que has aprendido en esta experiencia?

R: “Yo me fui a Nueva York aprendí mucha música. Yo cuando vine aquí aprendí mucha vida. Aquí ya yo llegué tocando música, sabiendo qué era lo que yo quería. He tenido que empezar de punto cero aquí para llegar a un público determinado, aquí he aprendido el trabajo de un músico, sé lo duro que es y que trae sus recompensas”.

Anthony no se desespera en busca de la fama y el reconocimiento porque considera que “mientras más tarde se llega a la cima es mejor, porque siempre vas a ir progresando, siempre y cuando tú te lo propongas”.

[b]P: ¿Qué es lo que quieres comunicar?[/b]

R: “Tengo una música que está basada en puros sentimientos, la experiencia que he acumulado y un 50 por ciento de mi trabajo es buscar la manera de comunicarme con el público”.

P: ¿Cómo manejas esa energía de lo que tu quieres dar y el público quiere recibir?

R: “Esto es a lo que llamamos magia ya. Cada canción es un pensamiento y un sentimiento diferente, entonces a medida que va pasando el tiempo vas aprendiendo a transmitir más claramente al público tu mensaje”.

Marivell Contreras

[b]UN DISCO SIN NOMBRE[/b]

Es el que trabajó Anthony Ocaña con Guarionex Aquino. Tiene siete temas y cada uno de ellos recoge algo distinto. “Hay temas como Nostalgia que cada vez que se lo presento al público este queda fascinado, se endulza”.

Sigue “Sálvame” que trabaja el bolero y la bachata mezclado con un poco del lamento del Requiem de Mozart. Luego “Carnaval” donde entra de lleno en lo folclórico con nuestros palos (con la participación de Isidro Bobadilla)… entre otros.

Aún no sabe con quien va a sacar el disco, pero está claro en que “cada músico tiene un producto que vender de su música por encima de todo, pero luego tiene que vender esa imagen”, pero tiene que analizar cuál es su mejor camino y con qué compañía firmar.

[b]DE LOS 11, M Y S[/b]

Recuerda que estaba en Nueva York en Septiembre 11 y en Madrid el 11 de marzo, fechas en que el horror del terror se impuso trayendo muertes, dolor y miedo. El de allá fue más impactante por la caída de las dos torres y el de aquí más aleccionador y doloroso “porque cualquiera pudo estar ahí”. Piensa que quizás en un año pueda dar desde la distancia de los hechos una opinión más clara “porque todavía estamos viviendo bajo los efectos de esa causa”. Lo que no es un secreto para nadie es lo “loco que está el mundo y lo atrevido que somos”.

[b]PERFIL[/b]

Nacido en Santiago, el 7 de marzo de 1980. A los cinco años de edad ingresa a la Academia Dominicana de Música donde estudia piano, violín y solfeo. Del 1994 al 1998 estudió guitarra clásica y teoría musical en el Conservatorio Nacional de Música. Del 1998 al 2001 estudia Artes concentrado en música en Manhattanville College en la ciudad de New York, U.S.A. Han sido sus profesores de guitarra en el país los profesores cubanos Carlos Luis y Rubén González. En New York sus profesores de composición fueron Ingram Marshall y la Dra. Mary Ann Joyce, de conducción John Cuk y Elliot Magaziner y de guitarra a Ben Verdery y René Izquierdo. En la actualidad y desde el 2001 estudia en Madrid, composición con Jesús Torres y guitarra con José Luis Merlin. El artista se ha presentado en conciertos en Nueva York, República Dominicana y Madrid.

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