Anti sociales y anti ecológicos

Anti sociales y anti ecológicos

 AMPARO CHANTADA
Como todos los ciudadanos de nuestro país, estoy consciente de que no producimos petróleo, que lo debemos importar y pagar en dólares, estoy consciente de que vivimos de nuestras exportaciones y por lo tanto  me acojo con resignación pero con  obediencia ciudadana a las medidas que el gobierno dominicano tomó recientemente y que buscan reducir el monto de  la factura petrolera.

Como todos los ciudadanos, estamos conscientes de que debe reducirse el monto a pagar de la factura petrolera que refleja el alza de los precios del petróleo de un 18 % este año y un 14 % para el gasoil. Esas medidas de ahorro vienen por fin a poner en claro algunas injusticias que se reflejan en el consumo de ese producto, nervio de las economías nacionales. Pero donde me siento mal representada es cuando se asimila a todos los consumidores en las medidas; no todos somos responsables al mismo grado del monto de la factura petrolera y se debía tomar medidas diferenciadas al respecto: el coómo ahorrar y quién debe restringirse demuestran un error en el análisis. 

Hace mucho que como ambientalista asocio el consumo excesivo a la producción de desechos, de contaminación y al despilfarro de divisas y que sorpresa; hoy en día, coincidimos con que los que consumen mucho contribuyen también al desgaste ambiental (atmosférico). Y de nuevo, asociamos como Edgar Morin lo hizo hace muchos años, consumo, contaminación, gasto y medio ambiente.

Cómo ahorrar combustible (petróleo): enfocando las medidas hacia los consumidores (prácticas) y los vehículos de motor que más consumen. Quiénes son: los nuevos ricos que consumen productos para demostrar su condición a los demás, los funcionarios del Gobierno (que no pagan gasolina de su bolsillo), los que poseen uno o varios vehículos, tipo 4 X 4, esos famosos vehículos, nietos de la jeep Willys y que en nuestro país son tan numerosas como los nuevos ricos o los evasores de impuestos al fisco.

Los S.U.V. (“sports utility vehicles” o vehículos utilitarios de deportes o 4 x 4) representan lo que América aspira ser: grande, potente, confortable al interior, imponente, aterrorizante al exterior, irrespetuosa, llena de gadgets (televisores, neveras, porta vasos, lectores de video, CD), al fin, idiotas por su inadecuación al mundo real, irrespetuosas por eso mismo. Esas 4 x 4 polucionan proporcionalmente a su peso, a la falta de aerodinamismo de sus líneas, una transmisión integral permanente a las 4 ruedas que absorbe un excedente de energía (por lo tanto de carburante), tienen además artefactos exteriores que constituyen una especie de armadura que les permite ser más agresivas en las calles y carreteras y que hace que un 4×4 necesite dos parqueos en lugar de uno.

No hay un conductor de 4×4 que sea gentil, amable, respetuoso de un peatón; al contrario, se “comen” la gente, se disfrazan detrás de vidrios oscuros, actúan en la más grande impunidad y arrogancia, como O.J. Simpson en las calles de Los Ángeles huyendo en una Lincoln Navigator negra o un Arnold Schwarzenegger (senador de California) que confiesa en toda “ingenuidad” tener 5 Hummer (a US$120.000 cada una) o un Mike Tyson que dice tener 4 Hummer (que debe mantener mejor que sus esposas). Por fin, entre 1985 y 1999 han asegurado el más grande éxito de la industria automovilística de los EE.UU. Y es que la más grande concentración de vehículos 4 X 4 no está en Mississipi ni en Texas, está en Manhattan, Los Ángeles y West Palm Beach … donde viven el jet set, los nuevos ricos y una clase de norteamericanos propenso a  las exhibiciones y consumen tanta gasolina (petróleo de Irak) que los norteamericanos mismos han acuñado la expresión “Axles of Evil” para hablar de las 4 x 4 y recordar la política de G.W.Bush “Axis of Evil” en Irak. Los ambientalistas de vanguardia consideran la compra de una jeepeta 4 x 4 como un acto de irresponsabilidad social en un mundo donde el precio del petróleo y del galón de gasolina representa para los países pobres una carga insoportable.

¿Por qué yo, que tengo una YRV de 1100 cc, que consume 7 galones cada 15 días, debo asumir las mismas restricciones que los propietarios de una 4 X 4 que consume 7 galones al día?

Y es que las desigualdades se reproducen frente a la contaminación: sabiendo que mi carro YRV debe emitir en promedio 142 g/Km. de C0 2 a la atmósfera, no es normal que me vea restringida en mis movimientos como una 4X4 que emite 229g/Km. de CO 2 al atmósfera, un Porsche Cayenne (4×4) 378 g/Km., un Ferrari 480 g/Km. en promedio (comparable a las Jaguar); en cuanto a los modelos diesel, la Volkswagen Touareg (4 x 4) emite 346 g/Km. de CO 2 mientras un carro normal emite 307 g/Km. de CO 2. Frente al consumo desenfrenado también existe una actitud arrogante frente a la contaminación atmosférica, factor fundamental del efecto invernadero de la Tierra y del calentamiento general.

Por primera vez, los precios de los carburantes y la protección al medio ambiente convergen hacia una misma dirección: la reducción del consumo de petróleo y frente a esa coyuntura las medidas deben ser equitativas.

El país debe racionalizar las importaciones de vehículos contaminadores y consumidores de gasolina: las 4 X 4 que son los vehículos del Estado dominicano, de los nuevos ricos, de los compradores sin cabeza pensante, deben ser regulados para llevar el país a medidas aceptadas por todos y respetadas.

Ahorrar divisas del petróleo, reducir los gastos de consumo y proteger el medio ambiente deben ser los lemas de un Gobierno responsable, defensor de los Acuerdos de Kyoto y deben, por lo tanto, llevar a medidas de restricción de consumo de lujo (aires acondicionados, 4 x 4, iluminaciones de noche, reducción de escoltas, racionalización del tiempo), por no estar acorde con el estado de salud de la economía dominicana. Tendremos así, la convicción de que las restricciones son para todo el mundo, que son eficaces y que afectan  en primer lugar, además, a  los más contaminadores y no a los mas pobres.

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