Anti-terrorismo en el Metro

Anti-terrorismo en el Metro

EDUARDO KLINGER PEVIDA
Desde que hace unas pocas semanas en esta columna hablé de la Maestría en Seguridad y Defensa de la Secretaría Estado de las Fuerzas Armadas y avancé algunas ideas de porque los peligros y desafíos hoy no son de un ataque externo en el sentido tradicional del concepto, varias personas me han abordado sobre el tema del terrorismo. Expresión de que en la sociedad se ha ido ganando espacio sobre la realidad que vivimos.

Sin embargo, hubo un comentario que propició una larga conversación con un buen amigo. Jesús Bu, joven abogado radicado en Miami y con estancia provisional en estos momentos en el país, me señaló que uno de los aspectos de mayor preocupación en estos momentos desde el punto de vista de la previsión de un ataque terrorista es el Metro.

Ciertamente, en los últimos diez años el mundo ha sido testigo de acciones terroristas dirigidas contra los servicios de trenes e instalaciones conexas en diferentes ciudades del mundo: Tokio, Madrid, Londres, Pakistán, la India, entre otros. Es que, en verdad, los servicios de Metro son de los lugares más vulnerables y … trágicamente atractivos para las acciones de terror.

Constituyen sitios de fácil acceso y múltiples vías de acceso donde, además, se concentran grandes cantidades de personas, y he ahí lo atractivo ya que una acción vandálica en esos lugares asegura gran cantidad de víctimas que es el objetivo que persigue la acción terrorista.

Bu, un estudioso meticuloso del tema, me comentaba cómo esto ha sido motivo de profundo análisis en los Estados Unidos donde los expertos han identificado once posibles objetivos a donde los terroristas pudieran dirigir su ataque en el caso de un Metro así como, al menos, ocho modos potenciales de ataques, lo cual genera la espantosa realidad de 88 posibles escenarios de acciones terroristas. Obviamente, el Metro no es sino un lugar más que pudieran tomar como blanco de un ataque por aquellos que busquen sembrar el pánico y el terror. Sin embargo, requiere atención y dedicación especial.

No tengo la más mínima duda de que los responsables de la construcción y funcionamiento del Metro tienen que tener plena conciencia de estos peligros adicionales. Sé que una de las decisiones tomadas desde un primer momento ha sido la de la preparación de un cuerpo especializado de seguridad que garantice la integridad ciudadana y preserve a la sociedad dominicana de una dolorosa y traumática experiencia.

No obstante, esto no debe ser munición para aquellos que solo piensan en cuestionar la inversión por el solo hecho de ella misma. No pretendo ser alarmista trayendo a colación esta realidad, sino tan solo recordar que la seguridad es responsabilidad de todos, desde empleados hasta usuarios y que las autoridades correspondientes, con toda certeza, habrán de asumir las medidas pertinentes.

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