¿Antinorteamericanismo?

¿Antinorteamericanismo?

Víctor Gulías
En América Latina, incluido nuestro país y en el resto del mundo en desarrollo, se da un fenómeno que no deja de ser curioso, me refiero a un supuesto anti-norteamericanismo que no es, realmente, tal. Veamos.

Odiamos los Estados Unidos, pero amamos el dólar americano.

Odiamos a Estados Unidos, pero damos la vida por una Residencia o un Visado norteamericano.

Odiamos Estados Unidos, pero admiramos su estilo de vida.

Eso sucede en República Dominicana, también. Cuando hay catástrofes naturales, ante peligros externos, en tiempos de calamidades, acudimos al hermano mayor, al Coloso del Norte. Damos la bienvenida a sus Helicópteros de rescate, a sus donaciones, al socorro de sus experimentados brigadistas, pero odiamos a los Norteamericanos.

En el campo tecnológico, adoramos sus computadoras, nos desvivimos por acceder a sus avances, nos derretimos por enviar nuestros hijos a estudiar en sus prestigiosas universidades y todos, o casi todos los dominicanos, hondureños, mexicanos, colombianos, etc. darían la vida por irse a trabajar a los Estados Unidos. Pero odiamos a Norteamérica.

De Estados Unidos imitamos su cultura, sus vestimentas, su contagiosa música, nuestros ricos enloquecen por tener casas, villas y apartamentos en Miami, Nueva York y hasta en California. Pero odiamos a los norteamericanos.

Nuestros jóvenes aman las chicas de América y éstas, a su vez, adoran a los latinos. Pero odiamos a los Americanos. Sentimos fascinación por vacacionar allá, y regresar cargados de maletas y regalos, pero odiamos Estados Unidos.

Nos encanta decir que tenemos tales hermanos y demás familiares en Estados Unidos, pero odiamos ese gran país. No entiendo esa dicotomía descorazonadora ni esa contradicción tan pueril. O amamos a Norteamericana con todos sus defectos y virtudes o la odiamos. O somos sus amigos y estamos con ellos, o somos sus enemigos y estamos en su contra.

Rechazo la doble moral antes descrita. Si Estados Unidos es nuestro amigo y nosotros los suyos, ¿cómo se explica y de qué forma se entiende ese antinorteamericanismo de palabras? Esto también a propósito de la reciente visita al país de un alto militar de EEUU, Jefe del Comando Sur y las especulaciones que ello despertó.

Cada vez que un alto funcionario, Norteamericano, civil o militar, nos visita, se desata un furor, una histeria y se deja sentir el tufillo antinorteamericano que muchos llevan dentro, aunque en la tarde esperen el mensajero de la remesadora que les trae los dólares, que envían sus familiares, justamente desde Nueva York.

Los que hace ese país es lo que deberíamos hacer todos, defender sus intereses nacionales. Por eso, y no por más nada, son la mayor potencia mundial. Estamos.

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