Antojos
Facundo Cabral

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(I)
Cuando un amigo se va…  Pobrecito mi patrón, No soy de aquí ni soy de allá y cientos de canciones más, frases, libros,  y papeles, escenarios y camerinos donde contaba la vida como él la veía, definen no solo al artista sino al ser humano que es Facundo Cabral. Se ha muerto Facundo  y el mundo lo llora. Lo llora con rabia porque Facundo debió morir del cáncer de páncreas que amenazó con llevarle la vida y no a balazos como ocurrió en Guatemala.

En un mundo donde las causalidades son menos objetivas que las casualidades, la muerte inmerecida y violenta de Facundo Cabral, quien siempre estuvo seguro de que cada día que vivía le ganaba una batalla a la muerte, es también otra forma de él decirnos algo.

Su último mensaje para los que no tienen fe en ellos mismos y se piensan derrotados y con la rabia de su derrota se sienten con derecho a derrotar a los demás –inclusive a él-. Al enterarme escribí en Twitter : Es una descortesía de la vida que un resistente pacífico del sistema capitalista haya muerto violentado.

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