Confieso que una alegría especial se produjo en mi corazón cuando tuve la oportunidad de participar y levantar la mano en la decisión de ponerle al Bar del Teatro Nacional el nombre de Juan Lockward. Independientemente de que soy una bohemia irredimible, soy admiradora de la sencillez y la belleza de sus canciones, que con tan pocas palabras dicen tanto.

Juan Lockward le dio sentido a la bohemia dominicana de los años 50 y 60 y casi hasta los dos mil, con la canción a la guitarra más hermosa que se haya escrito y en la que se le describe como lo que es, una extensión del que la toca y el que la oye “esta guitarra bohemia, que sufre y que llora”. Como si fuera poco, una de mis canciones favoritas del amplio y nunca bien valorado repertorio de creaciones nacionales es “Cuando yo te olvide” (Que quizás sea pronto / porque nada impide/ que el amor se canse/ de tanto esperar…) Y así puedo ir canción por canción de su autoría, recordar sus melodías, el rasgado de su guitarra y su grave y hermosa media voz y reafirmar lo antes dicho.