Rubén Blades es uno de los ídolos latinoamericanos de la canción social imprescindibles de Latinoamérica. Fue tan osado que en el medio de la estructura social y económica norteamericana escribió Tiburón, en un juego de tiradera total con el sistema político de Estados Unidos. Eran los años 70 y todos necesitábamos la confirmación de que el Sur y la utopía existían, para reafirmarnos.
Rubén me ha hecho cantar y llorar con esperanzas de que haya cambios en el mundo que nos permitan esperar que algún día el mundo necesite nuestra creatividad, ingenio y capacidad de subsistencia y sobrevivencia. No quiero decepcionarme de Rubén, cuando desde su condición de artista y creador, ahora dice que las canciones no sirven para nada -en alusión a la situación de Haití-. Si el maestro de la canción social dice que una canción no sirve para nada, y llama a los artistas a construir casas y letrinas, entonces no vale la pena seguir escribiendo