Confieso que cuando empecé a estudiar Periodismo lo más lejos que tenía era ser periodista de la mal llamada farándula, porque entonces en Monte Plata, y aún ahora a años luz en la capital, la farándula está muy mal vista por muchos, e inclusive pudiéramos decir que los periodistas de ayer, mucho más que los de hoy, consideraban a los periodistas de espectáculos y de sociales  como  de menor valía.

Gracias a que hemos tenido en la historia del periodismo de arte a verdaderas luminarias que además de haber hecho un trabajo con dignidad, se han destacado en otras áreas, comentaristas, escritores, políticos, empresarios, nuestro oficio es mejor visto. Lo bueno es que lo vean los otros y que lo entendamos nosotros. En nuestro papel de cronistas no nos toca ocultar lo que no nos gusta o lo que nos disgusta. Nuestro papel es hacer constar todo lo que pasó. Y una de las cosas que no podemos obviar es quiénes estamos ejerciendo la crónica de arte en estos tiempos y quiénes fueron y son nuestros referentes. ¡Felicidades!