Ya faltan horas, y muy pocas, para que el país pueda ver en pantalla (Telesistema, 11) y en el Teatro Nacional la Gala de Entrega de los Premios Casandra. Hemos hecho todo lo que nos tocaba como Asociación de Cronistas de Arte. Hemos trabajado durante casi un año completo para, tras tres asambleas extensas y extenuantes de discusiones, evaluaciones y ponderaciones, entregar el listado de nominados en enero pasado.

En todas las actividades humanas hay un indispensable margen de error. Que este margen, por pequeño e ineludible, no sea óbice para que seamos condenados a la hoguera, porque, dependiendo del lugar donde se esté y desde donde se mire, el acierto o el desacierto puede ser lo mismo para algunos el que está incluido y para otros el que se quedó afuera. Esa sensación es igual para los que estamos adentro que para los que están afuera. Nosotros también tenemos nuestro favoritismo personal. Ese favoritismo se expresa con el voto  a favor de alguien determina al ganador.