De joven Antonio Eduardo Esteban Molinari era un hombre al que nada le preocupaba ni le detenía, era un gran campeón de velerismo y parapentes, deporte en el que se destacó y que aún practica pero de forma más pasiva; le apasionaba viajar y lo hacía frecuentemente, pero un día su vida cambió y todo esto pasó a un segundo plano. Con lágrimas en los ojos y voz entrecortada nos contó su historia personal.
Su primer hijo le nació sordo
Esto ocurrió en 1999, y es ahí cuando choca con una gran realidad de la vida, la que él mismo afirma desconocía. Inmediatamente se embarca en una búsqueda constante de cómo encontrar una solución para lograr que su primogénito experimentara la grandeza que significa escuchar.
Antes de ocurrir esto, aunque tenía conciencia social, como no me había tocado a mí vivir esa realidad de tener un familiar con discapacidad no sabía cuán grande era el problema. Ahí es cuando empiezo a preocuparme por los demás.
Aunque el nacimiento de mi hijo sordo fue un duro golpe, gracias a Dios fue una bendición encontrar el respaldo de toda la familia y también de personas que se dedican a ayudar a niños con este tipo de afección, quienes me guiaron y me dieron muy buenos consejos.
En ese momento, indica Antonio Esteban, hizo de todo, y pese a que muchas de las recomendaciones de algunos médicos era que le enseñara a su hijo a comunicarse por señas, a él no le parecía que fuera esa la mejor manera. Es así que comienza a buscar la ayuda de audífonos y terapias para su primogénito, y entiende que debe hacer algo para ayudar a los demás.
Estudios
En el año 2004 viajó a Minnesota donde hizo una especialidad en Ciencias de Instrumentos Auditivos, e inicia en su propia casa a brindar los servicios de consultas y colocación de audífonos a personas con problemas auditivos.
A través de una avanzada tecnología computarizada diagnostica a sus pacientes y, si no hay ninguna patología que requiera de los servicios de un otorrino, entonces le sugiere qué tipo de audífonos debe usar para corregir su afección.
Diagnóstico
A través de un otoscopio, un timpanómetro y audiómetro descubre qué necesita cada paciente. Los aparatos son fabricados en los Laboratorios Starkey, en Minnesota, que cuenta también con la Fundación del mismo nombre de la que es miembro voluntario. Si cuando hago la timpanometría o audiometría me da un resultado irregular, es decir que debe ser tratado por un especialista, entonces lo refiero.
Los audífonos acompañado de terapias pueden hacer recuperar parte de la audición y, en el caso de los bebés, aprender a hablar. El resultado de estos aparatos depende de la severidad de la sordera y de la edad, una persona que a los 40 años pierde la audición tiene más posibilidad de recuperarla, cambio para un niño es más difícil porque al no saber hablar y empieza de cero.
La frase
Antonio Esteban
Los audífonos no son mágicos, el que es sordo es sordo: hay personas que tienen sordera profunda, es decir que no es totalmente sorda, entonces si se le colocan audífonos pueden recuperar la audición.
Pérdida auditiva
Quienes tienen problemas de menor nivel de audición requieren de aparatos muchos más costosos. Sin embargo, los que son sordos totalmente son más económicos, indica Antonio Esteban. El costo de los audífonos correctores de problemas auditivos oscila entre 200 y 3.500 dólares. Son de tecnología análoga y digital y totalmente computarizados.
Estos aparatos están avalados por los Laboratorios Starkey, cuyo dueño, Bill Austin, a través de su Fundación ha donado más de 250 mil audífonos en el mundo, y más de 10 mil en RD.