El artista dominicano, Antonio Guadalupe ha estado presentado sus obras en la Quinta Edición del Mercado de Arte Contemporáneo de Marín en Martinica, la cual inició el pasado 16 de mayo y culminará mañana.

Guadalupe fue invitado a participar  por el Alcalde de Villa Du Marín de Martinica, Rodolphe Desiré.  En dicho evento, el reconocido artista presenta 15 obras en diferentes formatos de su más reciente producción pictórica. La actividad está siendo organizada por el Centro Cultural de la Municipalidad de Marín, en el cual participarán 40 artistas de importante relevancia en el campo del arte de diversos países.  Además, se pondrá en circulación un voluminoso catálogo referente a la actividad, donde se incluirán todos los exponentes por país.

Antonio Guadalupe nació en Moca, República Dominicana. En la actualidad, es considerado uno de los principales investigadores de la cultura ancestral dominicana. A través del arte de la pintura, sus obras han recorrido innumerosos países y ha participado en más de 100 exposiciones colectivas y 23 exitosas exhibiciones individuales, muchas de ellas localmente como en el extranjero.

Entre sus obras de mayor importancia se encuentra: El Mural de la Matanza de Palma – Sola, El Brujo Indígena, Lemba, Mama Tingó, Toro de Tres Cabezas y La Otra Tilapia, entre otros.

En cuantos a los premios obtenidos por el artista plástico se encuentran: Mención de Honor en el Concurso Nacional de Pintura de la Oficina para la Alimentación y la Salud FAO en 1982;  Premio Nacional de Pintura, Bienal de Arte año 1983. Museo del Arte Moderno, Santo Domingo; Premio Paleta de Honor, Artista de Mayor Proyección Internacional, 1986; Mención de Honor, 1 er. Salón Nacional de Dibujo 1986, 1986 y 1990; Edición de Sello Postal Conmemorativo a los 50 años de la FAO, entre otros.

En la obra de Guadalupe existe una pintura arraigada en el pasado cultural de la isla pero que encierra una clara visión del porvenir, de un futuro que el artista intuye luminoso y exaltado.

Cada unos de los lienzos de las obras Guadalupe resultan se una invocación, un canto a las fuerzas telúricas, a la bondad invencible que aguarda en el futuro. Posee una visión triunfante del ser humano sobre la opresión y sobre la guerra misma lo que hace de las pinturas de Antonio Guadalupe no solo objetos de arte, sino verdaderas canteras de premonición.