“Nunca me enteré ni tenía conciencia de lo que era la depresión, desconocía los síntomas, las causas y consecuencias de esa enfermedad. Ya después de muerto mi papá he investigado y no hay dudas de que tiene un componente genético y en su caso, hay un evento de suicidio, el de su hermano Enrique, que se quitó la vida a los 18 años”.
Sonia Guzmán hace la explicación al referirse al dramático final de su padre, el presidente Antonio Guzmán Fernández, quien interrumpió sus días la madrugada del cuatro de julio de 1982, antes de traspasar el mando a su sucesor, Salvador Jorge Blanco.
Significa que el abatimiento de Don Antonio era muy profundo: se sentía triste, adelgazó, no dormía bien, sufría falta de concentración, se aisló, “y eso sucedía en el entorno familiar y no nos dábamos cuenta porque él todo lo atribuía a la caída que le fisuró el hombro”. Cuando le preguntaban si algo le preocupaba respondía: “Me duele el hombro”. Sonia dice que él “escondió” su desaliento “en ese supuesto dolor”.
Es la única hija viva, de tres que tuvo el gobernante. Fue entrevistada para dar a conocer la historia personal, humana y pública de su progenitor a quien se ha reconocido por medio de calles, carreteras, edificios gubernamentales, centros agrícolas… En Santo Domingo lo recuerda un extenso tramo de la antigua avenida “Privada”.
La dama, reconocida académica y exfuncionaria, se mantuvo estrechamente unida a su padre, sobre todo después del fallecimiento del primogénito, Iván, en un accidente automovilístico. Conoce antecedentes familiares, interioridades de su accionar político a veces caracterizado por traiciones, ataques, acechanzas, persecución, intrigas.
Antes de narrar determinados episodios expresa: “Te estoy dando una primicia” y se explaya en pormenores, como lo ocurrido en la convención interna del Partido Revolucionario Dominicano cuando Guzmán competía para la candidatura presidencial con Salvador Jorge Blanco, Jacobo Majluta y Marcio Mejía Ricart; el único empresario que aportó a su campaña tras el triunfo y las sumas “pírricas” que devolvió a otros que pensaban que nadie ganaría a Balaguer; las bajas en su patrimonio para solventarla o su posición, años después, cuando Juan Bosch se separó de la agrupación para fundar el Partido de la Liberación Dominicana.
Relata trabajos anteriores previo a incursionar en el PRD al que dedicó sus mejores esfuerzos, por el que expuso la vida, y de muchos de cuyos dirigentes y militantes recibió aplausos y apoyo, pero también vilezas y rechazo.
La inmensa residencia donde vivieron los Guzmán Klang, en Santiago, se mantiene como si ellos la ocuparan, con fotos, documentos, muebles, pertenencias personales. Es cuidada por el personal que atendió a los honorables esposos y a sus hijos.
Sonia y su consorte José María Hernández, fallecido, estuvieron más unidos al Presidente desde la accidentada precampaña hasta su trágica muerte.
Tristeza del final. Aparte de la genética ¿cuáles otras causas influyeron en la depresión del presidente? “Fueron múltiples”, responde Sonia. “Por ejemplo, el asistente de Lyndon Johnson vino a darnos el pésame y nos dijo que el expresidente sintió una depresión tan fuerte cuando salía de la oficina oval, que no recogió su escritorio. Es una muestra de la tristeza que ocasiona el final de un mandato”.
Por otro lado, agrega, “sentir que los amigos no te visitan con la misma frecuencia” y “algo que le preocupaba mucho a papá era su situación económica cuando saliera del poder” porque entendía que no estaría en condiciones de ayudar a personas que le sirvieron. “Había perdido en sus negocios y salía con una estructura política que no podría mantener”, significa.
“Le mortificó mucho lo del granadazo”, y “quizá en su agobiada psique se imaginó, también, que él y su familia serían perseguidos políticamente por quienes lo sustituirían”. Tenía razón, “la prueba es que mi mamá, nosotros, fuimos atormentados por las nuevas autoridades”. Declara que José María tuvo que dar el frente a “múltiples acusaciones de dolo y demostró que ninguna era cierta”.
– ¿Hubo corrupción en el gobierno de Antonio Guzmán? “Yo diría que sí, como en todos los gobiernos”, responde.
Sin embargo, expresa que “en todos los sondeos públicos, el gobierno de papá se lleva el número uno como el mejor”.
Enumera inacabables logros de su mandato, iniciado tras 12 años de represión de Joaquín Balaguer. La difícil transición es otro tema que narra, cargado de revelaciones.
“Por primera vez se estableció en la escuela pública la educación pre-escolar, que es la única que salva la brecha entre el pobre y el rico”; se instauró “una verdadera salud preventiva, se llenó el país de clínicas rurales y centros sanitarios con médicos y pasantes permanentes”; se realizó “una vacunación masiva preventiva que no presentó brotes”.
Añade el cobro de 38 millones de dólares a la Gulf and Western, el establecimiento de un organismo para pequeñas y medianas obras en la región Este, “que replicó en Mao y Barahona”; la nacionalización de la mina Rosario; amnistía a los presos políticos y retorno de los exiliados, “lo que consolidó la conciencia democrática”. “Se subió el sueldo mínimo a los empleados públicos”; se volcó la ayuda técnica y el financiamiento al campo, lo que dio abundancia de comida y abarató su costo”.
“Inespre, al mando de Gustavo Sánchez Díaz, fue un ente estabilizador de precios por primera y única vez”, manifiesta.
Además, “se hizo un esfuerzo no comprendido ni continuado de la masificación del transporte público, con Onatrate”, y “fueron sustituidos los altos mandos militares de los 12 Años, dándole alegría al pueblo pues se decía que estos eran los más represivos”. También afirma se despolitizó a las Fuerzas Armadas.
En 1979, continúa, “se creó Conani, de atención, educación, orientación psicológica a la niñez, y se fundaron centros educativos sin desarraigar a los menores de su entorno. El programa fue puesto de ejemplo por la Organización Mundial de la Salud y lo tomaron como parámetro para otros países”.
Y tras el paso del huracán David y la tormenta Federico “que devastaron la agricultura, las viviendas y redes eléctricas dejando el país a oscuras, con la pronta acción del gobierno no hubo escasez de alimentos, se restablecieron las comunicaciones y se recuperó la energía a solo días. Prácticamente sin muertos”. Citó otros logros.
Silvestre Antonio nació el 11 de septiembre de 1911 en La Vega, hijo de Silvestre Guzmán, comerciante, y Jimena Fernández. Gobernó desde el 16 de agosto de 1978 hasta el 3 de julio de 1982.