Fue escritor, historiador, político, director de influyentes periódicos y revistas, servidor público.
Su mayor mérito fue oponerse a la Ocupación Norteamericana de 1916. Algunos de sus libros publicados son de gran valor para conocer el pasado dominicano.
El 30 de octubre de1 972 Ramón Alberto Font Bernard, entonces director de Radiotelevisión Dominicana, propuso la nominación de varias calles de Santo Domingo con nombres de escritores, entre los que se encontraba Antonio Hoepelman Pinedo. Todos, menos él, recibieron ese homenaje.
Algunos pudieran atribuirlo a que fue colaborador de Trujillo y publicó libros loándolo y reconociendo su obra de Gobierno. En las reseñas de su muerte, ocurrida durante la tiranía, destacan su lealtad al “Padre de la Patria Nueva”.
Si ese es el caso, es injusta la decisión porque gran cantidad de intelectuales dominicanos honrados con calles y avenidas se plegaron a la dictadura, incluidos algunos de los seleccionados por Font Bernard. Tampoco sería ignorado por su nacimiento en tierra extraña porque igual otros homenajeados provinieron del extranjero.
Para algunos resulta extraño que no se haya tomado en cuenta a Antonio Hoepelman Pinedo para que una calle lo reconozca.
De Curazao. Antonio nació en Willemstad, Curazao, el 12 de noviembre de 1875, hijo de Aaron Meyer Hoepelman de Jong y Emilia Pinedo. No se sabe cuándo llegó o lo trajeron al país, pero por su amplia labor en República Dominicana y por su extensa prole debió haber sido muy joven.
Además, sirvió en los gobiernos de Juan Isidro Jimenes Pereira, Horacio Vásquez, Carlos Morales Languasco, Ramón Cáceres y Rafael Trujillo.
Periodista. Fue director de los periódicos “La voz del Sur”, en 1908; “El Radical”, interdiario político de combate en 1913; “Diario Las Noticias”, en 1920; “Diario Nacional”, en 1922 y de la “Revista Ilustrada Renacimiento”.
Historiador, escritor. Publicó “Documentos históricos de la Ocupación Norteamericana”, “Apuntes históricos de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana”, “Papeles viejos, relatos”, “Páginas Dominicanas de Historia Contemporánea” y “Era y obra de Trujillo”, además de “numerosos artículos acerca de la trascendental obra del ilustre Benefactor de la Patria”.
Cargos. Fue diputado en dos ocasiones y también secretario de la presidencia de 1927 a 1930. Desde entonces se desempeñó como administrador general de la Lotería Nacional, Juez de Instrucción Y presidente de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana.
En las crónicas de su muerte se destaca que fue “leal servidor y amigo de la política de engrandecimiento nacional del insigne Padre de la Patria Nueva, Generalísimo Doctor Rafael Molina Trujillo”, y que se retiró de toda actividad pública en 1949 “para disfrutar de una jubilación pensionado por el Estado”.
Al sepelio asistieron influyentes colaboradores del régimen, aunque, por los que no lo eran, se puede apreciar que Hoepelman era altamente apreciado en la sociedad dominicana.
Era miembro del Casino Trujillo, de San Cristóbal.
En coronación de La Altagracia. Los oficios religiosos tras su muerte, el 30 de septiembre de 1957, estuvieron a cargo de monseñor Eliseo Pérez Sánchez, asistido por los sacerdotes Luis Ramón Checo y Juan F. Pepén. Dijo Pérez Sánchez que Hoepelman era uno de los cuatro supervivientes del grupo que organizó la coronación canónica de Nuestra Señora de La Altagracia el 15 de agosto de 1922, que entonces quedarían tres.
Familia. Hoepelman Pinedo estuvo casado con María de los Ángeles Eudelia Santos, madre de sus hijos Julio, Barón, Lucila, Víctor Manuel, Dulce María, Argentina, Homero, Virgilio, Consuelo María, Adriana, Bienvenido Antonio y Roque Marino.
Falleció en su residencia de la calle Padre Billini 86 desde donde partió el cortejo fúnebre que armonizó el organista y barítono José Delmonte.
Gregorio García Castro, quien cubrió la muerte para El Caribe, puso de relieve que en 1922, desde el Diario Nacional, Hoepelman “luchó contra el eclipse de la soberanía que existía en República Dominicana”.
El reconocido crítico literario Manuel Valldeperes ponderó el libro de Hoepelman “Páginas Dominicana de Historia Dominicana” que comprende el periodo de 1899 a 1916,y Hoepelman escribió en la obra”: “Duéleme como dominicano haberme visto envuelto en el turbión de pasiones que contribuyeron, en parte o en mucho, a las desgracias que acarrearon la ruina de la nación”.