(Contenido de la revista En Sociedad)
Su parecido es sorprendente, pero verlos juntos con sus batas blancas y una completa complicidad, es una increíble sensación de ternura y admiración. Y es que ambos, padre e hijo, se han complementado a la perfección en su profesión de médicos dermatólogos, haciendo evidente que los genes están presentes de forma contundente.
Antonio José, el padre, es un reconocido médico dermatólogo que se ha ganado un prestigio y respeto en la sociedad, no sólo por sus atinados diagnósticos sino por su atractiva personalidad.
Su hijo, Antonio Juan, es un joven de este tiempo, arriesgado, curioso e innovador. De su padre ha captado lo mejor y no duda en afirmar su admiración por él. De su parte, Antonio José no disimula su gran orgullo y sobre todo, el saberse complementado en lo que es su gran pasión: su carrera como Dermatólogo, justo al lado de su hijo, quien con esa sangre nueva, ha impregnado dinamismo y modernidad a la consulta. Y su padre, con su perenne sonrisa y su humor a flor de piel, disfruta este momento en el cual sin duda alguna, se confirma claramente ese eslabón generacional que nos permite prolongarnos en el tiempo.
Los invito a disfrutar de una entrevista enriquecedora, llena de hermosos ejemplos, que son hoy tesoros invaluables en una sociedad ausente de valores.
Antonio José Giráldez Casasnovas es graduado de doctor en Medicina con especialidad en Dermatología y Cirugía Dermatológica, con una práctica privada que le ha generado admiración y respeto en su comunidad. Casado desde hace 33 años con Gloria Nolasco Pérez, son los orgullosos padres de Antonio Juan, de 30 años y Amanda Jessica, de 26 años, ambos profesionales. Antonio Juan, quien ha seguido la ruta de su padre, es doctor en Medicina graduado en UNIBE y con especialidad como Médico Dermatólogo y Venereólogo en el Instituto Dermatológico y Cirugía de la Piel “Dr. Huberto Bogaert” y acaba de regresar de México, donde obtuvo el título de Doctor Cirujano Dermatólogo en el Instituto Dermatológico de Jalisco “Dr. Barba Rubio”.
Ambos nos reciben en su consulta y luego en su residencia, donde con entusiasmo y divertido humor, captamos las imágenes bajo el lente de Fremy Feli Los protagonistas de portada, padre e hijo, disfrutaron a plenitud la sesión de fotos y en esa relajante tarde y entre sonrisas y vinos, pudimos captar sin duda alguna, la poderosa sinergia que proyectan. Hay complicidad, respeto y admiración mutua, y las respuestas de ambos, lo confirman.
El padre…
Normalmente lo que somos, responde mucho a lo que vivimos en nuestra infancia, a esos valores y experiencias acumulados durante nuestra vida. Háblame de tus recuerdos más viejos, esos que te marcaron para toda tu vida.
Todo ser es producto de los valores que le han inculcado y que le han rodeado a lo largo de la vida. Me considero una persona trabajadora, honesta y resultado de tantas experiencias positivas a través de tantas personas buenas que siempre me han rodeado. Buenos abuelos, excelentes padres, amorosos hermanos, parientes cariñosos y solidarios amigos-hermanos. La infancia siempre fue de vida familiar y de naturaleza esplendida en todos los sentidos. Todos los días de mi vida han sido gratos, de infancia feliz, de juventud intensa y madurez sosegada. Solo guardo los recuerdos positivos y el resto se quedaron como experiencias vividas.
Vienes de una familia numerosa, compuesta por seis hermanos, algo que ya es inusual en estos tiempos. ¿Qué recuerdos familiares puedes compartir con nuestros lectores?
Soy el quinto de una familia de seis. Dos hembras mayores: Ernestina y Maggy, y cuatro varones: Juanchy, Lauri, Diego y yo. La vida familiar siempre fue el norte de nosotros. Todos desayunábamos, comíamos y cenábamos juntos. Había que estar en la casa siempre antes de oscurecer y si alguien salía, mis padres no se acostaban hasta que todos estábamos en la casa. Nuestras actividades siempre fueron familiares en el seno de una numerosa familia por ambas partes. Seres solidarios y unidos en las buenas y las malas. Mi casa era el oasis de los primos y los amigos. Siempre en la mesa habían puestos extras para cualquier allegado que se presentase.
¿Aún mantienen la unidad familiar?
La vida ha dispersado a muchos de los familiares hacia otros países, pero nuestra crianza tan unidos, ha hecho que esas distancias se achiquen y nos sintamos como si estuviésemos muy cerca. Ese legado no tiene precio y de hecho, de manera permanente, los hermanos, los tíos y los primos, siempre que podemos nos juntamos y compartimos alegremente. Esos mismos valores los trato de proyectar en mis hijos.
¿Cuál es el mejor ejemplo que has recibido
de tus padres?
Mi padre Laureano, y mi madre María, provienen ambos de familias numerosas. Pero de esas familias tradicionales de Galicia, Asturias y Menorca, donde los valores que elevan el alma, no se negocian. Siempre recibimos todos los hermanos esas enseñanzas, de ser responsables y honestos, de tener a Dios en nuestros corazones y que por encima de todo, está la familia y la preservación de todos los valores morales que son en nuestro caso, el mayor tesoro de la herencia.
¿Cuál es tu opinión sobre la familia?
La familia es el núcleo de una sociedad solida y sana. Es la que recibe, da y transmite las sanas costumbres para el desarrollo sostenido de la felicidad. Es el norte que nos guía y la luz que nos aclara la razón de vivir. La promoción de los valores sanos de familia, constituye el pilar de nuestra vida en sociedad.
¿Qué significa tu familia en tu vida?
La familia marca en un 100 por ciento mi razón de vivir. Es el motor que me impulsa, es la forma de proyectarme en el futuro. Construir una familia equivale al conocimiento total ante todas las situaciones de la vida y te da los elementos para resolver todas las cosas buenas y malas que se presentan. La formación de la familia equivale a la ampliación del marco social. Se incorporan más elementos que hacen crecer el orgullo y la razón de ser.
¿Qué significado le das a la paternidad?
Es la continuación de la vida creando una nueva vida. Es la extensión de tu genética y la proyección de uno mismo en otro ser. En lo personal es una maravillosa forma de vida compartida con nuevos elementos que hacen que la existencia valga la pena. Es una de las metas básicas de la naturaleza para la preservación y continuidad de nosotros como seres de Dios.
¿Qué significan tus hijos en tu vida?
Mis hijos Antonio Juan y Amanda Jessica han llenado todas las expectativas que un padre necesita para sentirse orgulloso. Buenos hijos, educados, formales, serios, responsables y trabajadores. Con caracteres de personalidad propia e independencia de pensamiento, recios e inteligentes, progresistas y actualizados. Cada día me elevo en orgullo y pienso que todos estos años de formación, llenaron los objetivos deseados. Es un sentimiento de plenitud y regocijo en mi interior que ha hecho que la vida me haga sentir que todo el esfuerzo hecho, siempre fue en una dirección positiva. En mi interior pienso y siento ¡misión cumplida!. Estoy orgulloso de ambos.
¿Qué tipo de relación mantienes con tus hijos?
Somos una familia normotípica. Es decir, que siempre dentro de la relación con los hijos se suceden todo tipo de situaciones, pero nuestra meta es ser parte siempre de las soluciones, no de los problemas. Cuando hay que ser cariñoso, ahí estoy; cuando hay que ser permisivo, a veces se me va la mano; cuando hay que ser severo, hay que hacerse sentir. Pero la forma más adecuada de relación se predica con el ejemplo, inculcándoles diariamente los valores positivos que heredamos para que sean en el futuro personas de bien social. Los mejores cuchillos se fabrican de buen material, pero con la fragua adecuada. Asimismo, pienso en la relación con ellos. En cada momento se moldean según las circunstancias. Siempre les digo que “el que se lleva de consejos, muere de viejo”. Y que no siempre es del agrado cuando hay que corregir y que el amor no quita conocimiento. Hoy, muestran esa moldura correcta y puedo presumir de dos estrellas de hijos que me llenan de orgullo.
La familia como institución social ha experimentado grandes y profundas transformaciones. ¿Qué opinas al respecto?
La familia no ha cambiado en esencia, sino que ha habido cambios sociales que inciden de manera diferente en cuanto a las disponibilidades y requerimientos de una forma de vida. Los valores siguen siendo los mismos, pero la velocidad de cambios sociales ha sido explosiva. Una familia tradicional no cambia su estructura y sin obviar los valores, se acomoda al aire de los tiempos. Las personas tradicionales siguen estableciendo sus reglas la mayoría de las veces sin modificarlas, pero con nuevos escenarios, e incluso con nuevos actores. Las tradiciones se mantienen como un legado a lo largo y ancho de nuestras vidas.
¿De qué manera te involucras en la disciplina
de tus hijos?
El ejemplo que recibí es el ejemplo que doy. Mis padres fueron altamente cariñosos pero a la vez sumamente correctos. Los valores morales, éticos y religiosos no se negocian y la mejor forma de proyectarlos es con disciplina y ejemplo.
Tanto mi esposa Gloria como yo, somos estrictos en lo referente al código de respeto y armonía y cuando tenemos que corregir alguna situación que sea incorrecta, no somos tolerantes. De igual modo se aplauden y felicitan todas las acciones positivas que nos llegan.
¿Qué consideras vital para una estrecha relación
padre-hijos?
La interrelación es una joya de varias aristas. El ejemplo, la dirección por lo bien hecho, la presencia permanente y la consejería, son fuentes inagotables en el desarrollo afectivo e intelectual de los hijos. Una buena relación siempre contiene afecto y confianza. Hay que dejarlos que vayan tomando sus propias decisiones y cuando notemos torceduras en algún aspecto, a través de la consejería afectuosa, esos pequeños salientes se van puliendo y se convierten en armonía.
¿Cómo incorporas la disciplina en tu hogar?
Lo primero es con el ejemplo. No se puede ser permisivo ante situaciones desidiosas.
Afortunadamente para mí, mis hijos siempre han sido respetuosos y bien comportados. Luego, a lo largo de las diferentes situaciones, ni las aguas se salieron de su cauce, ni tampoco llegó la sangre al río. La educación es la madre de la prevención. Si se educan bien y con los correctivos a tiempo y pertinentes, se evitan problemas de futuro.
La armonía familiar se basa en la pareja, ¿Cómo definirías a tu compañera de vida?
Mi esposa es el aire que impulsa las velas de nuestro velero, y yo voy agarrando el timón. Gloria es una gran persona, buena esposa, buena madre, profesional retirada, que ha dedicado con sabiduría todos sus esfuerzos en la consecución de la felicidad a través del cuido y dirección acertada de nuestros hijos. Ha sido una generosa y simbiótica relación, que ha mantenido siempre nuestra familia a flote. Ella tampoco transige con las distorsiones. Ha sido siempre lo dulce, pero también lo correcto en el hogar. Cuando en ocasiones, ha habido que llamar la atención ante algún hecho, ella no vacila con su mano firme en establecer el orden. Ella ha sido el soporte, los ojos avisores, la educadora hogareña y la compañera que ha sabido compartir las riendas de la casa.
¿Ambos están de acuerdo con la forma de educar
a sus hijos?
Claro que sí. Ambos tenemos muy claras las metas a conseguir. Y el resultado habla por sí solo. Nuestros hijos son profesionales preparados en la excelencia de la educación, junto con los principios y sanas costumbres de un buen y estable hogar.
¿Cómo definirías a cada uno de tus hijos?
Antonio Juan y Amanda Jessica brillan cada uno con luz propia. Cariñosos, leales, nobles, educados, con criterios independientes, trabajadores, universales, de pensamientos correctos.
Antonio Juan, Médico Dermatólogo y Cirujano de la Piel, muy bien preparado, acertado con sentido práctico y resolutivo.
Amanda Jessica, es Licenciada en Administración Hotelera y Pastelera Profesional. Hace gala de buena ejecutiva, conocedora, con un excelente don de mando y dirección, incansable trabajadora, con el dominio absoluto de sus labores.
Ambos se destacan por su inteligente ejecutoria y la habilidad innata de aplicar correctamente sus conocimientos.
El rol de padre se ha perdido bastante en los tiempos actuales, donde la búsqueda insaciable de bienestar material y la tecnología, han cambiado el orden del hogar.¿Qué opinas de esta afirmación?
En nuestro caso seguimos siendo una familia de valores tradicionales, que sin cambiar la esencia de estos, nos hemos sabido adaptar a las nuevas tendencias de la sociedad. El hogar es y será siempre, el núcleo de nuestras vivencias y sentimientos.Las buenas costumbres no pasan de moda y las buenas prácticas de los valores, lejos de estar obsoletos, se fortalecen con los cambios sociales que nos arropan. Esa es nuestra gran fortaleza, que ha ido brillando como parte de nuestra marca de fábrica como seres de bien social, que propician la conservación y multiplicación de los valores heredados.
¿Cómo mantienes el diálogo con tus hijos,
siendo ya adultos?
Los hijos ya trillan su propio camino. Siempre existirán los correctivos en caso de que hagan falta y la mejor forma es expresarlos en el momento más adecuado para mayor efecto positivo. Por lo regular, a estas alturas el criterio y la comunicación con ambos ya tiene un sentido pro-positivo, ya que ellos vuelan con vuelo propio y una bitácora de vuelo que los hace sostenibles, lógicos y receptivos. Pero como todos los padres, nuestros hijos, sin importar la edad y lo que hagan, siempre tendrán su espacio dentro de la casa y así será hasta el final de nuestras vidas.
Imagino que sientes un gran orgullo de que tu hijo haya seguido tus pasos, pero dicen que los padres son débiles con sus hijas, ¿Es así?
Amanda Jessica es una excelente hija, que ha sabido posicionarse adecuadamente dentro de su medio. Posee un carácter independiente y está muy clara en lo que son sus metas. A pesar de ser la hija mimada, ha recibido igualitariamente la misma educación y privilegios de Antonio Juan. Hay un buen balance con relación a su hermano, no se ha escapado por las rejillas del consentimiento a las mismas reglas de crianza que han sido comunes a los dos. Ni Gloria ni yo hemos sido débiles ante el consentimiento y aunque ya es independiente y productiva, sigue siendo el más valioso tesoro que se puede tener como hija. Tanto ella como su hermano, nos llenan de orgullo y cada cual posee su sello de individualidad.
Como activo miembro de esta sociedad, ¿Qué entiendes se ha perdido en el núcleo familiar?
No todo el mundo piensa en su familia de la misma manera. No todo el mundo entiende la importancia del rol de la familia. Y la expresividad social ante muchos hechos que vivimos diariamente, nos muestran cuan distorsionadas están muchas vidas jóvenes, por no haber tenido una familia con criterios correctos para el desarrollo adecuado de los hijos. Padres irresponsables, proliferación de hijos sin autoridad ni dirección, valores tradicionales sustituidos por valores superfluos, son parte de los males que afectan nuestra sociedad. El retiro de las escuelas de los principios sobre la Moral y la Cívica de los curriculum escolares, ha producido un descalabro en la escala de valores ciudadanos y familiares, emergiendo hoy día una juventud carente de referentes sociales para una vida de respeto y armonía. La familia sana se traduce en un país sano, ya que las sociedades que se desarrollan intelectual y afectivamente dentro de los marcos adecuados, se desarrollan dentro de los estándares de la competitividad sostenida, que es el sustento de una patria orgullosa.
Faceta profesional
De tus hermanos, varios escogieron la carrera de Medicina, ¿Cómo nace esta vocación en ti?
Yo empecé estudiando Veterinaria, pero al poco tiempo entendí que la medicina era mi pasión. Todos mis hermanos, brillantes cada uno en su especialidad, siempre fueron un referente orgulloso para toda la familia. Mis padres, comerciantes, siempre tuvieron la certeza de la reingeniería del comercio a las profesiones tradicionales y en ese sentido, recibimos un apoyo incondicional y absoluto en nuestras carreras. Y no descansaron hasta que graduaron a todos los hijos como médicos. A muchas personas he admirado y fueron los referentes que me estimularon a ser médico, ya que me cautivaban con el encanto de sus ejercicios profesionales y cito a varios de ellos: mis tíos Alfonso Casasnovas y Héctor Millian; mis hermanos Juanchy, Laureano y Diego Giraldez Casasnovas; médicos amigos de mis hermanos, como Cayo González, Frank Valdez, Rafaelito Pichardo, Felipito y Jaime Martínez, entre otros y dos grandes pilares que me estimularon hacia la dermatología, el Dr. Manuel Felipe Pimentel y el Dr. Huberto Bogaert, que cuando los visité y les comenté mis intenciones de ser Dermatólogo, me ofrecieron todo su apoyo y orientaciones pertinentes, para hacer la especialidad. Gracias a todos ellos, conocí y fui discípulo del gran maestro de la Dermatología Mexicana, el Dr. José Barba Rubio, quien me guió e inculcó en mí, una gran pasión por la dermatología, que ha sido la llama y el motor del conocimiento en todas sus facetas. A mis padres por su tesón y a mis tutores por su encanto, les doy mis sentimientos de honor y respeto incondicional por siempre.
Has logrado posesionarte como un experimentado Dermatólogo. ¿Cómo definirías tu especialidad
y por qué la elegiste?
La piel es el único órgano que habla, claro está, en su lenguaje, es el que expresa el mensaje del medio interno y se interrelaciona con el externo, siendo el más grande de nuestro sistema. El dermatólogo traduce ese lenguaje e interpreta su mensaje. Es una especialidad noble y según una encuesta reciente sobre las diferentes especialidades, los dermatólogos están en el tope de la felicidad de la medicina. Es apasionante y es un reto, porque todo se parece, pero todo es diferente. Es un reto para el discernimiento.
Y aunque evalué ser Psiquiatra, Ginecólogo, Cirujano o Pediatra, al entrar en el mundo de la Dermatología quedé fascinado y cautivo, de lo que hoy día soy.
¿Cuáles satisfacciones te ha dado tu carrera
de Dermatólogo?
Cuando uno hace lo que le gusta, la consulta del día a día se realiza con satisfacción y alegría. Cada día que pasa, impregna más mis sentimientos de esa pasión por la piel y lejos de ser algo tedioso, pasa a ser una esencia que perfuma cada minuto que estoy con mis pacientes. Para mí, la dermatología es el principio y el fin y es lo que me llena profesionalmente con esa mística del diario vivir sin que me canse, sin que me agobie.
Estoy totalmente satisfecho con mi profesión.
¿Qué es lo que más te gusta de tu carrera?
Es una especialidad que todos los días ofrece algo nuevo. La misma patología puede producir situaciones diferentes en pacientes diferentes. Y para las mentes inquietas, es un reto agradable que no cansa, que es fresco, que apasiona. La dermatología tiene que ver con todas las facetas de la vida, produciendo de manera diaria una recreación del conocimiento. Es una especialidad que te arropa en la totalidad, que es variada e interactiva. Me alegro de haberla elegido.
Tu hijo también ha seguido tus pasos, y también
se especializó en esta rama de la Medicina,
¿Qué sientes al respecto?
Antonio Juan es un médico brillante, que se recibió con honores y que en su especialidad se destacó inteligentemente y que luego también brilló en su entrenamiento como Cirujano Dermatólogo. Él eligió libremente su especialidad. Yo le sugerí que fuera Psiquiatra, pero él tenía sus propias metas. Y se decidió por la Dermatología. Me llena de orgullo su actitud y preparación, ya que es práctico, conocedor y resolutivo de lo que ejecuta. Es un clínico excepcional, que complementa y amplía la buena calidad de servicios de nuestra consulta. Su calidad como persona, su don de gente y su educación esmerada, lo hacen centellear con un brillo propio y especial que lo destaca en su especialidad. Estoy muy satisfecho y contento de que sea así. Mi cariño, admiración y respeto por la forma tan correcta en que se desenvuelve.
Tu hijo ya se ha incorporado a compartir tu consulta, ¿Cómo ha sido la experiencia?
Desde el primer día que llegó, se incorporóprofesionalmente a la consulta. Ha sido una experiencia enriquecedora. La conjunción de lo tradicional y lo novedoso. Por lo general, vemos juntos el grueso de los pacientes y se ha hecho sentir como un profesional culto y conocedor, además de una muy fina destreza con el bisturí. Siempre me dice: “Papi, déjame a mí que yo resuelvo”. Y para mi satisfacción, sus resultados son exquisitos y de alta calidad.
¿Qué sientes ahora? ¿Competencia o legado?
Siento una gratificadora satisfacción de tenerlo a mi lado. Es una dicha sentir junto a mí a alguien capacitado y de confianza en quien pueda delegar sin sobresaltos. Es el partner ideal. Antonio suma, Antonio resuelve, Antonio es la garantía del buen servicio para los usuarios que lo consultan.
¿Qué quisieras traspasar a tu hijo de tu experiencia profesional?
Ese es un evento que va poco a poco. Es la ósmosis de muchos años, que va permeando sus conocimientos y que afianza más su experticio. Tiene la pasión por su profesión, le gusta, y lo que pueda pasar de mi hacia él, es el encanto que todo padre deja como legado a un ser tan completo e inteligente, que es parte de su propio yo.Es lo mejor que me ha pasado en tantos años de consulta.
Eres un gran coleccionista, sobre todo de objetos antiguos. Esta afición por lo viejo, ¿A qué se debe? ¿Qué satisfacción o sentimiento te producen?
Desde chiquito, guardaba cosas interesantes. Recuerdo que uno de mis primeros trofeos fue un ratón en un frasco de alcohol y cuando mi mamá se topó con él en el closet, por poco le da un síncope. Coleccionaba mis juguetes, objetos de mi papá, artefactos curiosos que encontraba. Pero mis primeras grandes colecciones fueron de la revolución de Abril, que tenía desde todos los periódicos Patria, hasta colecciones de balas y pertrechos que conseguía. Sin embargo, en unas vacaciones, al llegar a mi casa, mi mamá lo había botado todo con el temor de que si allanaban, como era en esa época, que no me acusaran de revoltoso. Jajajaja, pero eso no me quitó mi afición de seguir guardando cosas. Hoy día tengo muchísimos cachivaches y objetos curiosos que van desde la era de Trujillo hasta artefactos con su historia. Y me gusta presumir de esas historias que cada cosa tiene, anécdotas interesantes y situaciones curiosas sobre historia y sociedad.
INTIMIDADes
¿Cómo te auto-defines?
Sencillo, practico
¿Cómo es Antonio cuando no está en consulta?
Casero. Mi casa me gusta y siempre tengo cosas en que entretenerme
¿Cuál es la cualidad que mejor te identifica?
La movilidad. No nací para estar sentado sin hacer nada
¿Cuáles son tus prioridades en la vida?
Mi familia
¿Con qué sueñas?
Con sacarme la loto, pero no juego
¿Qué cosas no soportas?
Las personas complicadas
¿Qué cosas te hacen feliz?
Mis amigos íntimos de siempre, cuando me visitan
¿Qué papel juega Dios en tu vida?
Es el principio y el fin. Sin Dios no hay nada.
Hoy día, ¿Cuáles son tus prioridades?
La salud y el bienestar de los míos
¿Qué te ha enseñado la vida hasta ahora?
Que hay que luchar y ser persistente para lograr el objetivo
Si volvieras a nacer, ¿Qué cosas enmendarías?
Volvería a hacer lo mismo. No tengo que quitar ni poner nada
¿Qué legado quisieras dejar a tus hijos?
Su carrera y que sean personas de bien
De tener el poder para cambiar las cosas,
¿Qué elegirías cambiar?
Pediría un mundo mejor, sin guerras, sin pobreza, y con oportunidades para todos.
El Hijo…
Eres médico, al igual que tu padre, y por demás, elegiste la especialidad de Dermatología en la que se ha destacado tu progenitor. ¿Qué te impulsó a seguir sus pasos?
Crecí viendo y valorando su trabajo, y a pesar de no haber sido una decisión impuesta, con su ejemplo, la vida me fue guiando a emularlo a mi forma.
A tu regreso de México, donde te especializaste, te has incorporado a la consulta junto a tu padre. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Inicialmente pensé que iba a ver dificultades con la toma de decisiones compartidas, pero hemos sabido respetar nuestro espacio y las opiniones profesionales.
Experiencia versus Actualidad y Modernidad, ¿Cómo ha funcionado?
Ha sido el fuerte de la consulta, pues las decisiones importantes son resultado del diálogo compartido, en las cuales salimos beneficiados nosotros y los pacientes. El equilibrio ideal.
¿Qué tan difíciles pueden ser las diferencias en términos de diagnóstico y procedimientos entre dos generaciones? ¿Ha habido conflictos?
Ha sido bastante fácil, de hecho. El dermatólogo debe saber leer la piel, y esto nos ha permitido llegar a diagnósticos similares. En ese campo no ha habido contrariedades importantes. En materia de procedimientos, hemos tenido debates, no conflictos como tal.
¿Qué novedades traes en la especialidad de Dermatología?
Conocimientos actualizados en el campo de la cirugía dermatológica, específicamente en el área oncológica, cosmiatría y podología dermatológica.
¿Qué satisfacciones te ha dado tu profesión
hasta el momento?
La gratitud de los pacientes.
¿Alguna vez te has arrepentido de tu elección profesional?
Era la medicina o el futbol profesional, y me dicen mis amigos que en la segunda no era muy bueno, así que no me arrepiento.
¿Qué es lo que más te gusta de ser médico?
La interacción diaria con todo tipo de personas, lo cual impide la monotonía, así como poder contribuir a mejorarle su calidad de vida.
En la familia de tu padre hay muchos médicos,
todos exitosos. ¿A qué atribuyes esta fuerte inclinación por la Medicina?
La medicina permite servir y ayudar a los demás, y estos son valores que junto a la preparación y la disciplina, son claves en nuestra familia.
¿Cómo crees que debe funcionar el paso de mando entre padre e hijo?
De forma gradual, no tan rápido como a mi papá le gustaría jajaja.
¿Cuál es tu opinión de la familia?
La familia es un pilar fundamental para la formación de una persona íntegra.
¿Qué admiras de tu padre?
Su capacidad de combinar su profesionalidad y el buen trato, cautivando al paciente con su sentido del humor, su pasión por la historia y la ciencia.
¿Qué cosas imitarías o repetirías de tu padre?
¿Qué cosas no?
Todo lo anterior, exceptuando el bigote sin barba.
¿Cómo te autodefines?
Responsable y enfocado en mi vida profesional, mientras que en mi vida personal, soy familiar y sociable, entusiasta de la buena música y los viajes.
¿Cómo definirías a tu padre?
Como un hombre que disfruta la vida con responsabilidad y amor a su familia.
¿Cómo es tu relación con tu padre?
Cercana y alegre
¿Qué sueñas lograr con tu profesión? ¿Dónde quisieras llegar?
Establecerme como un profesional ético en el campo de la dermatología nacional. Contribuir académicamente al desarrollo de esta rama en el país y Latinoamérica, manteniendo el legado de la familia.
¿Qué legado importante atesoras como hijo?
Su nombre, y todo lo que eso significa. Un legado de trabajo, ética, servicio y los buenos genes.
Tu padre en una palabra…
Carismático.
Epílogo
Ya de vuelta a su hogar, su remanso de paz, va directo a ese espacio suyo, tan acogedor y tranquilo, que le permite pensar y meditar sobre el resumen de otro día en su vida. Un día lleno de gratas satisfacciones, sonrisas y gratitud expresada por sus pacientes, y sobre todo, esa inexpresable sensación de seguridad y regocijo que le produce compartir con su hijo, el reto diario de su trabajo como médico. Recuerda el manejo de Antonio Juan con sus pacientes y esboza una sonrisa de plena satisfacción. Y es que esta simbiosis padre-hijo, ambos con el entusiasmo encendido, el uno con la impulsividad de lo nuevo y el otro con la serenidad de la experiencia, es más que gratificante. Así que, abre un buen vino para disfrutar de sus melodías favoritas, mientras se relaja por completo. Una serenidad que dura poco, porque es interrumpida con la algarabía y dinamismo de su hijo, quien sin una gota de cansancio, saluda para irse, no sin antes, compartir algunos buenos diálogos con su padre.Y siente que sin dudas, puede orgullosamente decir: ¡Misión cumplida!, no solo por su hijo Antonio Juan, sino también por su hija Amanda, quien no comparte el momento por estar trabajando en el interior del país, pero que ambos, le han permitido vivir esta satisfacción de ser padre, guía, maestro, ejemplo y amoroso compañero. Y sonríe de nuevo, con esa su sonrisa singular, que sin ser carcajada, transmite lo inenarrable. Porque ha logrado enseñar a sus hijos a volar, a soñar, a correr sin cansarse, a caminar sin fatigarse y a encaminarlos por los caminos de Dios para que sean felices, recordando una frase que escuchó alguna vez:
“Para estar mañana en el recuerdo de tus hijos, debes estar presente en sus vidas hoy”
M.L.